Agradezco a mi amigo Henry Montilla y demás miembros de la comisión organizadora de la celebración del centenario de nacimiento del Rector Pedro Rincón Gutiérrez por la invitación y oportunidad de regresar a mi tierra natal y a mi Universidad de Los Andes en Trujillo, para compartir con dos grandes amigos y extraordinarios universitarios, Roberto Rondón Morales y Lester Rodríguez, un conversatorio sobre el rector de rectores.
Hablar sobre el rector Pedro Rincón
Gutiérrez, Don Pedro, o simplemente Perucho, como lo llamó su madre, es un
honor y un placer, hacerlo en este recinto de
especial simbología, es extraordinario. Estamos en la vieja capilla del colegio Santa Ana,
católico en esencia, como en los que se
educó Perucho: en primaria, en el colegio
Salesiano de Táriba, Estado Táchira y en secundaria en el colegio San José de la orden de los Jesuitas en Mérida.
Este recinto es también Aula Magna y
centro de debate de la Universidad autónoma de Trujillo, ULA- NURR. Se
resaltan dos elementos que marcan la trayectoria
de Perucho, la educación católica
recibida y su extraordinario aporte a la extensión de la universidad autónoma en los tres estados
de los Andes Venezolanos.
La trayectoria de Perucho y su legado han
sido motivo de análisis en el ambiente universitario venezolano. Muchos son los
homenajes y calificativos que connotados
estudiosos le han dado a su obra, de manera especial durante este año
de conmemoración centenaria:
·
El Rector de Rectores.
·
El rector conservacionista.
·
El líder de la Universidad Autónoma y
democrática.
·
El rector del dialogo y la
concertación.
·
El rector que modernizó y
consolidó la Universidad Autónoma de todos los Andes Venezolanos.
·
Estatua en homenaje a
Perucho, obra del escultor Manuel de la Fuente, durante el rectorado de Lester
Rodríguez.
·
Proyecto de construcción de
la Plaza Pedro Rincón Gutiérrez en la avenida Universidad en la vieja sede de
la facultad de humanidades.
·
“Perucho está atado a la
Universidad y la universidad a su memoria”, Carlos Guillermo Cárdenas.
· “Las cosas más importantes no están en lo que dicen los apologistas sino en los que lo conocieron ( al personaje) en su vida privada”, Eleazar Ontiveros P
Comparto el criterio de Eleazar Ontiveros
“las cosas más importantes de Perucho las podemos rescatar de su vida privada”,
yo agregaría, y de su trato cordial y empático.
Perucho tenía gran habilidad para entender y usar sus propias emociones y la de
las personas con las que se comunicaba, lo cual le facilitaba superar
conflictos. Tenía un gran sentido del humor, y aún cuando la diferencia generacional o
jerárquica fuese amplia, él se las ingeniaba para romper el hielo y facilitar
el diálogo y el acercamiento. A lo largo de nuestra vida universitaria y por
estar ambos en posiciones de vanguardia
llegamos a tener múltiples encuentros y algunos desencuentros. Muchos
aspectos nos unieron, las luchas por preservar la autonomía universitaria, la
buena relación con el sector estudiantil, la afición por el deporte y en
particular por el futbol y el ULA FC
(ambos presidentes), o escuchar sus consejos y criterios para atender asuntos
institucionales. Tuve ocasión de
visitarle en sus despachos de Rector, Presidente del Colegio Médico de Venezuela, Diputado
del congreso y en Bucarest como Embajador Plenipotenciario de la Republica de
Venezuela. Hay un hecho que quiero destacar y que me permitió conocerle aún más
en su dimensión humana, la suerte de
haberme juntado con otro ser extraordinario Don Ramón Puccini, quien fue
primero su chofer y luego el mio, una de las personas que mas compartió y
conoció a Perucho, quien a través del tiempo me trasmitió numerosas y gratas
anécdotas de PRG, destacando siempre su trato cordial y gran sensibilidad
humana. Bastaría con convocar a “Puchinito”, como le llamaba don Pedro, para
escuchar su extenso anecdotario y conocer mejor a nuestro homenajeado
personaje.
Intentaré dibujar con algunas anécdotas de
nuestra relación personal la magia del trato de este personaje sencillo y extraordinario.
Perucho
tenía un tacto especial para revisar y resolver situaciones incomodas:
Transcurría su último periodo rectoral, 1984-1988,
estando yo, en mi condición de Decano de la Facultad de Ingeniería, fuera de la
ciudad de Mérida, el Rector tomó la decisión de trasladar, sin solicitar mi
consentimiento, a una de las secretarias
del Decanato, la Sra. Miriam Briceño (cariñosamente la gorda Miriam) al
edificio del rectorado. A mi regreso a Mérida, formulé un reclamo e hice notar su falta de consideración por tal
evento. Reconoció su falta y devolvió a la Sra. Miriam al Decanato de Ingeniería.
Dias mas tarde, me llamó a su despacho, me
invitó un buen café, reconoció su error y me pidió apoyo para trasladar
a la Sra. Miriam al edificio del rectorado para ayudar a organizar los asuntos
del Consejo Universitario, desde donde le prestaría un gran servicio a toda la
universidad, “además ya pronto usted vendrá a despachar desde acá y la tendrá
nuevamente”. El asunto se resolvió cordialmente, la Sra. Miriam realizó
una excelente labor de organización como secretaria del Consejo Universitario y
el destino permitió que me apoyase nuevamente en mi condición de Secretario y
luego de Rector.
Curiosidades
Electorales:
Perucho ganó elecciones en diferentes
ámbitos e instancias, ULA, gremio médico a nivel regional y a nivel nacional,
Concejo Municipal, Congreso de la Republica. Era un líder carismático, no era
miembro de partido político alguno, se le definía como un hombre progresista,
líder de un movimiento institucional ‘el peruchismo’. Cuando se le preguntaba
si era un experto en elecciones, bromeaba “lo único que he aprendido es a
ganarlas”. La única elección que no ganó fue en el llamado a elecciones para
renovar autoridades de la ULA, para el periodo, 1992-1996. En ese proceso quedó
en el tercer lugar como candidato a rector, curiosamente, los candidatos
clasificados son de origen Trujillano, Miguel Rodríguez de Valera y Felipe Pachano de Trujillo. Para
la segunda vuelta recibí su apoyo
con declaraciones publicadas en medios de comunicación, cosa que jamás había observado en elecciones de la ULA. No
resulté ganador, pero; obtuve el honor de ser escogido por Don
PEDRO para dirigir la institución que; el mismo, como rector, transformó en una
moderna y gran Universidad.
Quiero finalizar estas palabras reconociendo
los aportes que han hecho destacados escritores, profesores, investigadores, y autoridades del ámbito universitario y
político del país para rendir homenaje a
PRG en especial en los eventos realizados con motivo del primer centenario de
su nacimiento. Las autoridades actuales de la ULA, han organizado actos y
elaborado un proyecto de construcción de una plaza con su nombre; Han ideado
una colecta de recursos financieros para contribuir a su construcción. Homenajes
todos muy merecidos. Sin embargo, me voy a permitir sugerir dos
acciones sencillas a nuestras muy apreciadas, respetables e inteligentes
autoridades de la ULA para reconocer el legado de PRG y su ADN como rector que
en esencia es ADD (AUTONOMIA, DIALOGO, DEMOCRACIA).
·
Realizar las reuniones semanales
del equipo rectoral, como nos enseño PRG,
para dialogar, coordinar, proponer, evaluar y ejecutar de manera conjunta las políticas de nuestra universidad.
·
Periódicamente se apela a
la discusión sobre las amenazas de intervención y la defensa de la autonomía Universitaria. He formulado,
en programas radiales y foros universitarios y académicos, un llamado a nuestras autoridades para que no solamente
defiendan la autonomía, sino QUE EJERZAN
LA AUTONOMIA, que por vez primera en la historia de este país está plasmada no
solamente en la ley de Universidades, sino también consagrada en nuestra constitución. Con base en dicha
autonomía debe crearse un reglamento electoral,
convocar a elecciones, elegir o reelegir autoridades, de manera
DEMOCRATICA. Nuestra Bicentenaria Universidad está en mora por más de una década con la renovación
de autoridades de acuerdo a lo establecido en La ley de Universidades, con la AUTONOMIA y con la DEMOCRACIA.
Este
simple, justo e importante paso, pudiese ser el más significativo tributo al legado de PRG.
Señoras,
señores.