Referirse a la figura del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez (Perucho) representa un gran desafío y un tremendo compromiso, habida cuenta de su positiva e indiscutible trayectoria en Mérida, en los Andes venezolanos, en el país y fundamentalmente en el ámbito universitario nacional, latinoamericano y mundial; ello es innegable, puesto que así ha quedado registrado en la historia.
Dr. Dante Pino Pascucci
Con el Dr. Rincón Gutiérrez, Rector Magnífico y Rector
de Rectores, como con justicia se le reconoce, se cumple lo que leemos en
Mateo, Capitulo 7, versículos del 16 al 20, “Por sus frutos los conoceréis”. La
obra acometida como médico y como universitario habla por sí sola. Este zuliano
excepcional se hizo merideño porque se dedicó con ahínco (con “empeño muy
fuerte”, como explica el diccionario de la lengua española), con extraordinario
celo, con fervor, con pasión y gran entusiasmo en favor de Mérida, de la
Universidad y de la gente.
El Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, en su condición de médico
y de universitario ejerció un verdadero apostolado, esto último en
la acepción idiomática que se refiere a “propagación y divulgación de
una causa o doctrina” que, en definitiva, no es otra cosa que sembrar la paz y
la alegría, servir, darse a los demás. El apostolado en el ejercicio profesional
tiene una inspiración y un sentido espiritual, y en el caso de Perucho así se
expresaba, pues su formación católica, los principios y valores legados por su
señora madre, así como la sensibilidad social que le inculcó su querido hermano
Gonzalo Rincón Gutiérrez, inspiraron todas sus ejecutorias, acompañaron el
tiempo histórico que le tocó vivir.
Tal cosa, en una Venezuela que abrazaba la causa de
la democracia, que vivió el “espíritu del 23 de enero de 1958”, a la caída de
la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, marcó, de cara al futuro, lo que sería el
quehacer de un Rector que se perfilaba como un gran humanista, como un “Líder
Transformador”. Su formación hogareña,
la académica y la espiritual caracterizaron su manera de actuar. ¡Perucho,
recuerda, tú no eres importante, importante es la gente!, solía decirle Doña
Vitalia Gutiérrez, la madre.
De acuerdo con los Siete Sabios: Thales, Pitakos, Bias,
Solón, Kleobulos, Kilón y Misón, quienes proclamaban la ciudadanía como ideal supremo, como máxima
perfección ética, la cual se logra
obrando, mediante el modo de proceder, podemos decir que el Dr. Rincón
Gutiérrez procuró ser hombre de obras, un hacedor como sugerían estos pensadores. Tal cosa, en
una Venezuela que abrazaba la causa de la democracia, que vivió el “espíritu
del 23 de enero de 1958”, a la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez,
marcó, de cara al futuro, lo que sería el quehacer de un Rector que se
perfilaba como un gran humanista, como un “Líder Transformador”. Su formación hogareña, la académica y la
espiritual caracterizaron su manera de actuar. ¡Perucho, recuerda, tú no eres
importante, importante es la gente!, solía decirle Doña Vitalia Gutiérrez, la
madre.
El médico partero, como a él mismo le gustaba
calificarse, orientado por su maestro el Dr. José Antonio Uzcátegui Burguera,
se convirtió en un verdadero humanista, pues hizo suya la expresión Homo sum, et humani nihil a
me alienum puto, proverbio latino que significa "Soy un hombre, y
nada humano me es ajeno", frase escrita en el año 165 a. C. por el
dramaturgo romano de la época republicana, Publio Terencio Africano, en su
comedia Heautontimorumenos (El enemigo
de sí mismo, o El verdugo de sí mismo).
Esta frase que fue expresada por
el personaje Cremes para justificar su intromisión en los asuntos concernientes
a Menedemo, el padre severo de Clinia, opuesto férreamente a los amores de
éste, su hijo, con Antífila.
Nada extraño tiene
pensar que en todas las acciones del Dr. Rincón Gutiérrez estuviese presente la citada expresión. Tal
cosa tiene sentido si tomamos en cuenta que a la caída de la dictadura
perezjimenista se abre una oportunidad para las universidades venezolanas, dado
que la autonomía y el carácter democrático y popular de la Alma Mater serían
parte del predicamento de cara a la academia
que surge con una nueva ley, aún vigente, y que no sería ajena, como no lo es
hoy, a todo el proceso que caracterizó a la segunda mitad del siglo XX
venezolano.
Una nueva realidad política, económica, social, cultural
y científica se imponía con el proceso democratizador que comenzaría a vivir el
país. La universidad se abre para crecer cuantitativa y cualitativamente, y con
el marco jurídico creado en el interregno del Dr. Luis Edgar Sanabria Arcia,
conforme a lo prescrito en los cuatro primeros artículos establecidos en las
Disposiciones fundamentales, en términos
principistas se declara:
Artículo 1.- La Universidad es fundamentalmente una
comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la
tarea de buscar la verdad y afianzar los
valores trascendentales del hombre.
Artículo 2.- Las Universidades son instituciones al servicio
de la Nación y a ellas corresponde colaborar en
la orientación de la
vida del
país mediante su contribución doctrinaria en el
esclarecimiento de los problemas nacionales.
Artículo 3.- Las Universidades deben realizar una
función rectora en la educación, la cultura y la ciencia. Para cumplir esta
misión, sus actividades se dirigirán a crear, asimilar y difundir el saber
mediante la investigación y la enseñanza; a completar la formación integral
iniciada en los ciclos educacionales anteriores, y a formar los equipos
profesionales y técnicos que necesita la Nación para su desarrollo y progreso.
Artículo 4.- La enseñanza universitaria se inspirará en
un definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana,
y estará abierta a todas las corrientes del pensamiento universal, las cuales
se expondrán y analizarán de manera rigurosamente científica.
Haciendo una adecuada interpretación de dichas
normas, la universidad así definida, con
más aciertos que errores, ha cumplido su misión. Al respecto, el Dr. Ángel
Lombardi (2012), en su obra La universidad del Siglo XXl, expresa que:
La educación superior en el siglo XX dejó de
ser una educación de minorías y de élites y se masifica multiplicando las
oportunidades para millones de personas y asumiendo el desafío de cómo
conciliar cantidad con calidad (2012; 7).
Ciertamente era un desafío, de manera que es preciso
decir que para encararlo el Dr. Pedro
Rincón Gutiérrez dirigió y gobernó la Universidad de Los Andes como un
auténtico Preboste, pues fue cabeza de esa “comunidad de intereses
espirituales”, hizo de nuestra
universidad una “institución
al servicio de
la nación” mediante su
contribución doctrinaria”; se fundaron
núcleos, extensiones, nuevas facultades, escuelas e institutos de investigación
cuyas actividades se dirigieron a
“crear, asimilar y difundir el saber mediante la investigación y la enseñanza”;
se formaron los equipos profesionales y técnicos que necesita la Nación para su
desarrollo y progreso”. Como se puede apreciar supo ajustarse a derecho,
cumplió con el espíritu propósito y razón de la, para entonces, novísima Ley de
Universidades.
En las gestiones rectorales del Dr. Rincón Gutiérrez,
1958- 1959, 1959-1972, 1976-1980 y 1984-1988 se
aprecia el ejercicio de un liderazgo que potenció nuestra institución y
que tanto en Mérida como en Trujillo y en Táchira se observaron cambios y transformaciones
significativas; su criterio de trabajo en equipo marcó la manera de proceder
para llevar a cabo los planes diseñados a la luz de una actuación signada por
una concepción de liderazgo que bien podríamos situar en lo que modernamente se
conoce como Liderazgo Transformador o Transformacional, el cual, de acuerdo con
González (2022), hace que emerja la conciencia de los seguidores en torno a lo
que es realmente importante, con lo cual se generan resultados superiores a los
que comúnmente se suelen esperar, fortaleciendo el compromiso con la misión.
Las universidades venezolanas, como tantas otras en
el mundo, y la Universidad de Los Andes no ha sido la excepción, siempre han
estado frente a innumerables adversidades y han “sabido escoger un camino
por el que sobrevivir y seguir prestando
sus inestimables servicios a la
sociedad”. Perucho supo escoger el camino para engrandecer la Alma
Mater y librarla de los serios peligros que siempre estuvieron amenazantes.
En todos sus
procedimientos el Rector magnificó se reveló como un genuino zoom politikón en
el sentido que Aristóteles le daba a este término, es decir, tal y como lo
acota Giovanni Sartori (1996), en su
obra La Política. Lógica y método en las ciencias sociales, “sólo porque el
hombre vive en la polis, y porque la polis vive en él, el hombre se realiza
completamente como tal” (1996; 203).
Vuelvo a Mateo, 7, 16 - 20, las obras y los frutos
generados por la rectoría del Dr. Rincón están, son tangibles, el dinero del
presupuesto asignado se invirtió. A pesar de los contratiempos que
hubo que enfrentar en buena parte de la segunda mitad del siglo pasado,
hay una obra que está en la historia.
Las universidades venezolanas, como tantas otras en el mundo, y la
Universidad de Los Andes no ha sido la excepción, siempre han estado frente a
innumerables adversidades y han “sabido escoger un camino por el que
sobrevivir y seguir prestando
sus inestimables servicios a la
sociedad”. Perucho supo escoger el camino para engrandecer la Alma
Mater y librarla de los serios peligros que siempre estuvieron amenazantes.
Estimo que ese vivir en koinonía era lo más adecuado
para poder orientar la institución por la mejor senda. En tal sentido, Perucho se comportaba como un auténtico
“Jasid”.
En su gestión al frente del rectorado se sabía
incrementar la capacidad de los miembros de la institución para resolver los
problemas de manera individual o colectiva.
Su liderazgo fue determinante para que los universitarios se atrevieran
a hacer más de lo esperado. Cabe decir que
la gestión rectoral del Dr. Rincón Gutiérrez, así como su vida en Mérida, se
manifestó en la forma como Giovanni Sartori, ya citado, alude al existir
“societario o sociable”. Al respecto señala que: “El vivir “político” –en y
para la polis- es al mismo tiempo el vivir colectivo, el vivir asociado y más
intensamente, el vivir en koinonía, en comunión y “comunidad” (1996; 203).
Estimo que ese vivir en koinonía era lo más adecuado
para poder orientar la institución por la mejor senda. En tal sentido, Perucho se comportaba como un auténtico
“Jasid”. De seguidas procedo a decir en qué cosiste ser un “Jasid”, y para tal
fin tomo la explicación que una vez hice de esta palabra a propósito de un
homenaje que le fue rendido a Teodoro Petkoff, a quien le reconocía las
cualidades que son propias de estas figuras. Observo que Perucho y Teodoro, así
como otras destacadas personalidades, tienen en común esa condición.
Pues bien, un
jasid es una persona “que hace más que lo que tiene que hacer, alguien que va
un metro más allá, un metro extra”, es
“uno que hace
más que lo
que la letra
de la ley exige”. Un verdadero jasid le tiende la mano y
ayuda a un hermano afectado por algún problema realmente grande. Eso es lo que
haría un verdadero jasid. Esta palabra la encontramos en Pirkei Avot o “Ética
de los Padres”, que es un libro, más exactamente un opúsculo, toda vez que en
su contenido encontraremos declaraciones breves, sentenciosas, sabias y profundas, escrito por los Rabinos
de la era talmúdica. El mismo tiene apenas 25 páginas y 6 capítulos de no más
de 4 páginas cada uno, en cada capítulo
tiene aproximadamente una docena de declaraciones que están cargadas de inteligencia y denso saber que invitan a
reflexionar.
Perucho “iba un metro más allá, un metro extra”, y lo
hacía con prudencia y convicción. Los tiempos de la Venezuela que le correspondió
vivir como Rector de la Universidad de Los Andes no eran para nada fáciles.
Intentonas de golpes militares, lucha armada, conflictos con los consorcios
petroleros luego de la reforma hecha a la Ley de Impuesto Sobre la Renta en diciembre de 1958; recesión económica en
1961, devaluación de la moneda y rebaja
de un 10% en los sueldos y salarios del
sector público, decisión llamada por el pueblo como la “ley del hambre”.
En el aspecto político se produjeron diversas divisiones en
Acción Democrática, hecho que dio lugar al surgimiento del Movimiento de Izquierda Revolucionaria
(MIR), del Partido Revolucionario Nacionalista (PRN), luego devenido en el Partido Revolucionario
de Integración Nacionalista (PRIN), y del Movimiento Electoral del Pueblo
(MEP). También se divide el Partido Comunista de Venezuela y aparecen el Frente
de Liberación Nacional (FLN) , con su brazo armado las Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional (FALN), el Movimiento al Socialismo (MAS) y Vanguardia
Comunista (VC). Por otra parte, tanto Unión Republicana Democrática (URD),
así como el
partido socialcristiano COPEI, vivieron agitaciones, conflictos y
grandes contradicciones a lo interno.
A lo largo del año 1969 las universidades autónomas del
país protagonizaron momentos de alta conflictividad, toda vez que, forzosamente, fue frenado el proceso de
Renovación Universitaria. En octubre de
1969 es allanada la Universidad Central de Venezuela y en 1970 es reformada la
Ley de Universidades.
La prensa de la época reseñó que en la Universidad de Los Andes “la violencia fue tan brutal” que varios estudiantes perdieron la vida. Según el Centro Nacional de Historia, con posterioridad al allanamiento de la UCV, ante la opinión pública se llevó a cabo una creciente campaña de descrédito de la universidad venezolana.
Maza Zavala, en el
ensayo Historia de Medio Siglo en
Venezuela: 1926-1975, publicado en el Tomo I de la obra organizada por la Universidad Autónoma de México, editada en 1977 por Siglo
XXI editores bajo el título América Latina: Historia de Medio Siglo, sostiene
que “En Venezuela las dictaduras interponen una aparente penumbra en el proceso
de la lucha política y la formación ideológica” (1977; 523). Agrega este autor que la dictadura
perezjimenista representó “la separación histórica entre el posgomecismo
(1945-48) y la nueva dinámica de la nación” (ibidem).
De igual manera, señala que los factores y las fuerzas
del pasado, denodadamente, intentan la sobrevivencia con lo cual las nuevas
fuerzas entran en conflicto con el
pasado dictatorial y esa lucha se proyectará con fuerza en el nuevo período,
período que también produjo importantes cambios en lo económico y en lo social. El crecimiento progresivo de la
industria petrolera y el rescate de la misma por parte del Estado hasta su
nacionalización el 1 de enero de 1976, constituyó el acicate esencial para mover la vida del
país en todos los órdenes, incluida la educación.Al finalizar estas palabras
acerca de la Proyección Histórica
y Universitaria del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, quiero hacer referencia
a lo dicho por Xavier Zubiri en 1940 al
prologar el libro de Julián Marías, cuyo
título es Historia de la Filosofía. La ocupación con la historia no es una
simple curiosidad. Lo sería si la historia fuera una simple ciencia del pasado…
Más adelante, al analizando en qué
consiste la historia, agrega que: “La historicidad es, en efecto, una
dimensión de este ente real que se llama hombre”.
Zubiri continúa diciendo, al referirse a la “trayectoria
histórica” , que esta es: “…el punto en que el hombre, ser temporal, se hace
paradójicamente tangente a la eternidad. Su íntima temporalidad abre
precisamente su mirada sobre la eternidad.”.
En cuanto a la
definición clásica de la eternidad, nos dice que la misma: …envuelve, en
efecto, desde Boecio, además de la interminabilis vitae, de una vida
interminable, la total et
perfecta possessio.
Recíprocamente, la realidad del hombre
presente está constituida, entre otras cosas, por ese concreto punto de
tangencia cuyo lugar geométrico se llama situación. Al entrar en nosotros
mismos nos descubrimos en una situación que nos pertenece constitutivamente y
en la cual se halla inscrito nuestro peculiar destino, elegido unas veces,
impuesto otras (1940; 24).
De Perucho podemos decir: INTERMINABILIS VITAE SIMUL
ET PERFECTA POSSESSIO, ESTO ES,
POSESIÓN TOTAL, SIMULTÁNEA Y COMPLETA DE UNA VIDA INTERMINABLE.
Muchas gracias
REFERENCIAS DOCUMENTALES
GONZÁLEZ, Alejandra (2021). Liderazgo transformacional
en los gerentes del siglo XXI en la cultura organizacional de los operadores de
justicia. Tesis Doctoral. Universidad Fermín Toro. Barquisimeto, Venezuela.
Ley de Universidades. República de Venezuela. Gaceta Oficial N°1.429 Extraordinario de fecha 8 de septiembre de 1970.
LIPELES, Matt. Al fin y al cabo, ¿Qué es un Jasid?
Disponible en:
https://es.chabad.org/library/article_cdo/aid/548770/jewish/Al-Fin-y-al-Cabo-Qu-es-un-Jasid.htm.
Maza Zavala, D. F. (1977). Historia de medio siglo en Venezuela: 1926-1975. En el Tomo I de América Latina: historia de medio siglo. Universidad Autónoma de México. Siglo XXI editores. México.
REAL
ACADEMIA ESPAÑOLA (2014).
Diccionario de la lengua española. Vigesimotercera edición. Madrid, España.
San Mateo.
Capitulo 7, versículos del 16 al 20. Nuevo
Testamento.
SARTORI, Giovanni (1996). La política. Lógica y método en las ciencias sociales. Cuarta reimpresión. México: Fondo de Cultura Económica.
ZUBIRI, Xavier,
en MARÍAS, Julián (1980).
Historia de la filosofía. Trigésimo segunda Edición. Madrid, España: Biblioteca
de la Revista de Occidente.
ACADEMIA DE MÉRIDA
GRUPO MIRADAS
MÚLTIPLES
MÉRIDA-VENEZUELA
27-01-2023
HOMENAJE AL DOCTOR
PEDRO RINCÓN GUTIÉRREZ EN LA OPORTUNIDAD DE CELEBRARSE EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO (1923-2023)