PEDRO ANGEL DE JESUS RINCON GUTIERREZ
CIRCUNSTANCIAS DE UNA EPOCA, DE UN CIUDADANO
Y DE UN RECTOR
Dr. Roberto Rondón Morales
FORO PEDRO RINCON G. TRES TIEMPOS. Núcleo ULA Trujillo. 6.7.2023
Motivación. El próximo 23 de julio, se conmemorará el centenario del nacimiento del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez. Un grupo conformado por la Academia de Mérida, MIRADAS MULTIPLES y amigos como los ex rectores Néstor López Rodríguez, Felipe Pachano Rivera y Lester Rodríguez Herrera constituyeron un Comité para recordar la obra de este Rector amigo de todos. Se planificaron Foros Mensuales en Mérida hasta finales de junio, y un Foro Nacional Interactivo sobre la Universidad del Futuro, en el que se pedirá a expertos nacionales y locales su opinión sobre este tema, orientados hacia la reconstrucción de la universidad, hoy en estado de necesidad, y que se llevará a cabo el 27 y 28 de julio entrante en la Academia de Mérida Se publicarán las Memorias con las ponencias presentadas.
Preámbulo. La ciudad de Mérida y la Universidad de Los
Andes finalizaron el ciclo contemplativo y de
éxtasis de siglo y medio, que enlenteció su desarrollo espiritual e intelectual
con un predominio de “togas, mitras y agricultores”. Pedro Rincón Gutiérrez desde
1958, propuso a la Universidad relanzar su espiritualidad e
intelectualidad, que estaba constreñida a un viejo edificio en el centro de la
ciudad con seis clásicas facultades, profesionistas, en las que prevalecían el
profesor, la lección y la memorización. A la ciudad, propuso una apertura que
rompiera su encierro secular y abandonara una
cuadrícula colonial con comercio menor e industrias artesanales, que apenas se
abría paso a la periferia con las recientes
Avenidas Urdaneta y Tulio Febres Cordero.
Les señaló ideas,
individuos y proyectos para convertirlas en un recinto de avanzada y progreso,
vanguardia modernizadora y sede segura para todos los saberes e ideologías, hogar
para el talento y el desarrollo científico, social y artístico.
Esta obra exitosa la
garantizó con su formación y comportamiento ciudadano, su comprensión sabia y
equilibrada de la fenomenología nacional, su convocatoria
comunitaria para estatuir una universidad global, y su llamado para insertarse en
la vida nueva de la ciudad.
Las esperanzas de la
Universidad y la ciudad quedaron bajo el resguardo de un ciudadano y su
circunstancia, un rector de la unidad, del progreso y de la conciliación, designado
en febrero de 1958, acompañado de autoridades representativas de la opinión
política nacional, Drs. Ramón Vicente Casanova de AD, Vice Rector y Germán
Briceño Ferrigni de COPEI, Secretario; y electo en 1959 con los Drs. Luis
Elbano Zerpa Díaz de AD y José Rivas Belandria, de COPEI.
Las bases de partida
y destino de la Universidad
El Dr. Pedro Rincón Gutiérrez conocía las
bases de donde arrancaba esta Universidad: “La Universidad de Los Andes al
nacer, había dado una enseñanza basada en la noble prosa humanística y en
versos latinos, así como en el análisis de tratados políticos y económicos.
Había progresado hacia una generación científica, literaria y política,
combativas generaciones positivistas y de modernismo literario. Pero hacían
falta las Humanidades y las Ciencias porque de
ellas dependerá el destino de la Universidad, íntimamente ligado a
Mérida”.
También tenía claro
hacia dónde debía ir la Universidad de Los Andes, lo que graficó el 19 de
diciembre de 1958, cuando el Presidente de la República Dr. Edgard Sanabria
entregó copia caligrafiada de la Ley de Universidades al Dr. Francisco De
Venanzi, Dr. Pedro Rincón Gutiérrez y otros en el Aula Magna de la Universidad
Central de Venezuela. Manifestó en esa ocasión:
“Sería un sitio para
dignificar y enaltecer el saber en profesionales con jerarquía moral e
intelectual y desde la independencia. Sería hogar y matriz para la ciencia y el
laboratorio para las técnicas; taller de acción positiva, cátedra de justa y
armónica democracia y de servicio a la sociedad al extender sus saberes. Sería
casa de luz y ambiente de quietud pasiva para la creación intelectual, y de paz
donde la tierra se vitaliza y el turbión de agua se amansa con el diálogo y el
avenimiento. Hogar para cogobernar con profesores y estudiantes que lleva al
trabajo creador, a la lectura medulosa para decidir en apacible convivencia, en
donde la fuerza espiritual, intelectual y material de profesores, estudiantes y
trabajadores cumplan los principios fundamentales sobre los que se creó la
Universidad democrática autónoma venezolana”.
La circunstancia del ciudadano. Esta Universidad moderna la proyectó un
ciudadano formado en unas circunstancias particulares. De origen marabino, campesino
y humilde, llegado al mundo el 23 de julio de 1923. Temprano huérfano de su
padre Fermín, lo obligó a la pronta iniciativa junto con su madre Vitalia. Educado por los Salesianos en Táriba, con preferencia
por la agricultura y la artesanía, e inspirado en
su carisma: “El pensamiento son amores y no buenas razones, que deben ser
puestos en la práctica con una permanente disposición, solidaridad, adhesión y
acercamiento con las comunidades y la gente, para ayudar”. La Educación Secundaria fue jesuita en
Mérida, orientada por una pedagogía de formación intelectual y de liderazgos
sociales y políticos, y un carisma distinto: “Educar para ocupar posiciones de
relevancia social, valores del trabajo y la organización”.
Este formato inicial
de formación de su personalidad y carácter, recibió las orientaciones de su
hermano mayor, Gonzalo, antropólogo marxista; además la rígida disciplina, la
solidaridad humana y social y el recato como partero de mujeres pobres y ricas
sin distinción, enseñadas por su maestro Antonio José Uzcátegui en la
Maternidad Mérida, quien también lo comprometió en la defensa del ambiente. Tuvo personales lecturas sobre el
cristianismo primitivo, indiviso y sin cismas aun, principalmente de Orígenes,
caracterizado por la meditación, la humildad y la escritura llena de alegorías;
y de Tertuliano, apologista de la defensa y vindicación de las ideas. Interpretó
la humildad, la meditación y una prosa alegórica, simbólica y defensora de las
ideas Su aprendizaje también captó que la pérdida de la convivencia y del
adelanto social y político propuesto al país en 1945, después de un siglo de dictaduras
militares, se debió al sectarismo y la incomprensión de los civiles, que
tomaron a los partidos políticos, iglesias y otras asociaciones como frentes de
batalla. todo lo cual, dejó una lección impresa en el engrama cerebral complejo
de su carácter y personalidad.
La
comprensión de las circunstancias de la fenomenología nacional.
Su juventud pasó a la adultez desde el ambiente religioso, bondadoso y ordenado de la familia y de los colegios
religiosos, a un orden externo autoritario y turbulento, propio de un país y una época que se
abría un camino desde una sociedad rural pobre, individualista y aislada, que
se desplazaba en masas hacia a las ciudades, buscando un bienestar hasta ahora
negado. En las ciudades, esas masas eran recibidas por un
complejo de influencias nuevas y desconocidas, ideológicas y asociativas originadas en la modernidad política que
abandonaba la tesis del “gendarme
necesario”, esa férrea y
privilegiada alianza de élites
gubernamentales, intelectuales,
religiosas y económicas que consideraban al pueblo como bárbaro, y que ahora era desplazada por obreros,
gremios profesionales y económicos,
partidos social cristiano,
socialdemócrata y comunista, con
militantes ateos, católicos,
protestantes, liberales, socialistas, agnósticos con los que
aprendió a ser tolerante y
conviviente por su tarea de médico y gremialista, Presidente del Colegio de
Médicos y Vice Presidente de la Federación Médica Venezolana. Comprendió que el éxito de este cambio social
rural a citadino era la educación para todos, con democracia porque el
conocimiento, el progreso y la civilización son propiedad y legado de todos,
sin límites de espacio ni tiempo para quien la solicitara, pobres y ricos, con
cabida plena para los saberes e ideologías.
Apreció finalmente, que la Universidad era una promesa de unidad desde la antigüedad con
Quintiliano y Macrobio, que la concibieron como una totalidad de ideologías,
conocimientos y personas; y desde Justiniano, replanteado en la
Edad Media, como una comunidad de maestros y aprendices con un espacio y un
estatuto propio. Siempre la Universidad era de todos.
En este ambiente,
los dirigentes políticos democráticos al regresar del exilio, declararon con
vehemencia sobre la necesidad de la unidad nacional, ya que la división había
traído el gran castigo del caudillismo militar.
La Ciudad de Mérida y
la Universidad de Los Andes sintieron que “Se necesitaba un hombre que
entendiera la historia y los personajes, que comprendiera la época en que se
desarrollaban los eventos locales y universales. Que no minimizara los tenues
rumores ni magnificara el engañoso tremedal de los eventos inexorables”, según el
Dr. Julián Aguirre. El guía escogido desde antes del derrocamiento del dictador
en 1958, fue Pedro Rincón Gutiérrez, que a pesar de esto no fue vituperado,
sino convocado para conformar una Junta Cívica contra la dictadura de Marcos
Pérez Jiménez con destacados lideres políticos merideños, Carlos Febres Pobeda
de COPEI, Rigoberto Henríquez Vera de AD y Omar Eladio Quintero de URD. Empezó
así, a personificar a la unidad y a la convivencia política estable.
La Universidad
Democrática y Autónoma de 1958 fue la síntesis de intelectuales, artistas,
dirigentes políticos, gremiales, sindicales, económicos, militares y
eclesiásticos en torno a la Ley de Universidades, promulgada el 5 de diciembre
de 1958, por el Dr. Edgard Sanabria, presidente de la Junta de Gobierno.
La convocatoria para
estatuir una universidad global. La Ley de Universidades fue expresión no
sólo de la unidad política nacional, también fue la conciliación de las corrientes del
pensamiento universitario mundial en manos de sus redactores. científicos,
educadores, políticos y parlamentarios con formación en el exterior, que
amalgamaron el pensamiento universitario universal en sus Principios
Fundamentales, los Drs. Francisco De Venanzi, presidente de la Comisión,
formado en Yale; José Luis Salcedo Bastardo, secretario, Fundador de Academias,
Director del Ministerio de Educación; y los profesores Jesús María Bianco,
Vicerrector, Parlamentario; Rafael Pizani en Bruselas; Foción Febres Cordero en Michigan, José
Antonio Mayobre, consultor, en Londres; J.M. Siso Martínez en México, Humberto
García Arocha en Yale y Mc Gill, Ernesto Mayz Vallenilla en Gottinghen, Fredburg y Munich; y el Br.
Edmundo Chirinos, representante estudiantil.
Se
comprometió a conformar una universidad total. De
un lado, una institución con vida política plena, vociferante y de calle mantenida
por el republicanismo y la autonomía para elegir a sus autoridades y su
cogobierno periódicamente, como evidencia de su legalidad y legitimidad. Del
otro, una universidad científica, humanística, filosófica y artística que diera
sus aportes al mundo y la sociedad. No hubo contradicción.
Rompió los muros de su encerramiento
centenario, y distribuyó la universidad por toda la ciudad y la región andina
en Núcleos de Desarrollo. Enfrentó las limitaciones del modelo universitario napoleónico de
facultades separadas y sólo docentes, instalado en Venezuela desde 1870, y rejuveneció a esta centenaria universidad
con cuatro nuevas, Humanidades, Economía, Arquitectura y Ciencias, y con ocho
Escuelas Universitarias modernas.
Planteó que esta Universidad colonial
y napoleónica federada y desconectada en
Facultades ligadas a las profesiones, se
transformara en una nueva estructura universitaria unitaria, a cuyo efecto, se
diseñó el Ciclo Básico, común para todos los
estudiantes que iniciaban estudios universitarios, y para su formación
científica y humanística antes de proseguir estudios de Ciclos Profesionales,
unos y otros basados en Departamentos
Universitarios, no en Escuelas ni Cátedras, experimento hecho en los Núcleos de
Trujillo y Táchira y en la Facultad de Ciencias.
En paralelo, ofreció preeminencia a la generación de conocimientos
científicos y tecnológicos, filosóficos, humanísticos y sociales mediante la investigación y la docencia de postgrado,
apoyadas en bibliotecas, centros de información y computación, medicina nuclear, radioisótopos,
becas, años sabáticos, profesores visitantes, transversalizada esta
investigación por el humanismo como lo
indicara el modelo alemán de universidad científica y filosófica predicada por
Wilhem Von Humboldt, Friedrich
Schleiermacher y Karl Jaspers. A
este fin, creó diez y siete institutos de
investigación y ocho centros de servicios para su apoyo.
El Rector Rincón Gutiérrez desde 1959, emprendió un programa científico
exitoso en Ciencias de la Salud mediante la contratación de profesores
extranjeros, además de planes de formación en el exterior: Luis Rengel Sánchez en
Anatomía, Eduardo Briese y Manfred Hartung en Fisiología, Jorge Martens en
Bioquímica, Jorge Cato David en Farmacología, Alberto Merani en Psicobiología,
Karlhanns Salfelder en Patología, Héctor Mazzella y Juan Cayaffa en
Fisiopatología. También lo propició en Ingeniería con Raymundo Goetze, Roberto
Vargas; en Farmacia con Kart Selkopt.
No obstante Humanidades y
Ciencias serían los pilares de la moderna universidad. Empezó esta tarea con
los filósofos Miroslav Marcovich, José Briceño Guerrero y Juan Jiménez Grullón,
complementados con otros humanistas y
literatos: Carlos César Rodríguez, Domingo Miliani, Lubio Cardozo, Ramón
Palomares, Jesús Serra, Alfonso Cuesta y Cuesta, Juan Astorga Anta, Cesar
Chávez, María Rosa Alonso.
En la Facultad de Ciencias, con los científicos del Centro de Ciencias,
su predecesor, dirigido por los Drs. Roberto Vargas y Marcelo Guillén, y en la
propia Facultad, por los profesores Alonso Gamero, Antonio Luis Cárdenas, José
Vicente Scorza, entre otros.
También estimuló que la Universidad fuera un
centro para el desarrollo espiritual, intelectual y del talento para dar
capacidad, firmeza, versatilidad y comprensión de la sociedad y de sus hechos
como lo señalara el cardenal John Henry Newman, padre de la educación
universitaria liberal inglesa.
Creyó que la universidad resolvería problemas de la comunidad,
tal como es la orientación
universitaria norteamericana desde Witthead.
Una
Universidad para todos. La Universidad en su
concepción original y universal es exclusivista. Pedro Rincón Gutiérrez la hizo democrática
por el origen de la autoridad y su ejercicio, por el cogobierno; y abierta
para distribuir el conocimiento y formar el talento para todos: la hizo científica
para la generación de conocimientos que aumentaran el acervo científico,
filosófico, humanístico y social, y para solución de problemas de las
comunidades. Una institución espiritual y sublime con el arte para todos, no para
privilegiados. Logró una universidad tolerante y conciliadora. El timonel en la tempestad política de los
1960, pautó una consigna: A mayor crisis, mayor universidad, mayor autonomía,
mayor democracia y mayor academia, que permitió la supervivencia de la
universidad autónoma y democrática en esos momentos aciagos, aunque la crisis provocó
una división de los universitarios, unos en el gobierno que irrumpieron contra
la institución autónoma, y otros en la universidad, protegiéndola.
Esto se entendió y
aceptó cuando en las elecciones de autoridades convocadas en 1963 y 1964, el
Claustro decidió prolongar su mandato hasta 1972, en relaciones respetuosas con
AD y Copei en el gobierno, y PCV y MIR en la oposición.
La inserción de la ciudad en este proceso
humano, nacional y universitario.
El rector Rincón Gutiérrez fue
un gran urbanizador, que cambió la geografía y la demografía de la ciudad.
No estimuló un aislamiento de la Universidad en una ciudadela o Ciudad
Universitaria, sino que la extendió por toda la ciudad en Núcleos: Técnico
Científico en La Hechicera, Forestal en Santa María, Humanístico Social en
Liria, Médico Biológico en Campo de Oro.
Promocionó donaciones de terrenos para vías de comunicación en la
Avenida Universidad y en el enlace Santa Mónica a Santa Juana; para la
construcción de la Iglesia San Juan
Apóstol, Parque Recreacional Albarregas y Plaza de Toros, Liceo Alberto Carnevali,
Colegio de Abogados, ahora APULA, Centro Educacional de APULA, Edificio de CANTV en Milla, Universidad
Nacional Abierta, MINDUR, CONICIT, Centro de Investigaciones en Astronomía, Centro Integral de Desarrollo de
Aguas y Tierras, Laboratorio de Productos Forestales, Instituto Forestal
Latinoamericano, Escuela Técnica Manuel Pulido Méndez, Casa Sindical, Cruz
Roja, Hospital Universitario de los Andes, Estación de CADAFE en la Humboldt, lo que re urbanizó a la ciudad. Residencias para profesores en Santa María y
Los Caciques; para empleados y obreros en la Urbanización Fray Juan Ramos de
Lora, y en conjunto con el Banco Obrero con terrenos cedidos por la ULA, en la
Urbanización Antonio Pinto Salinas, Los Sauzales, Humboldt, La Campiña en Ejido.
Residencias para profesores visitantes, ahora ocupadas por los gremios. Planificó
el edificio administrativo de la ULA en la adquirida Hacienda Magdalena.
Cuerpos de Bomberos Universitarios. Estadios Lourdes y canchas para el deporte.
Promovió
la formación comunitaria de los estudiantes de medicina en áreas rurales
andinas y llaneras, la creación de
grupos cooperativistas y ambientalistas,
entes de impacto regional como
CORPOANDES, y locales como el Teleférico, el Liceo Nocturno Florencio Ramírez
para trabajadores, programas lácteos en
haciendas adquiridas en Santa Rosa, con
CORPOANDES y UCV en El Joque; y en
conjunto Betijoque y ganadero en El
Cenizo, conservación y explotación para
la docencia y la industria de bosques en Mérida y Barinas, programas
ambientales en Boconó, empresas madereras, farmacéuticas, librerías.
La complejidad de las
distintas concepciones de la Universidad la soportó en un criterio de
“autorictas universitaria”, no “mandando, sino amando, sugiriendo, enseñando”,
sin imposición de jerarquías, disciplinas, debida obediencia ni castigos como
en otras instituciones donde conviven jóvenes como la iglesia y los cuarteles. La dependencia de un déficit fiscal
permanente la complementaba con recursos extra presupuestarios, obtenidos en
negociaciones con el Ministerio de Hacienda y el Congreso Nacional, donde su
voz se escuchaba, y con una administración de los recursos por los
investigadores y no por una maraña administrativa, lo que facilitó el
desarrollo científico y las publicaciones a nivel de Brasil, Argentina,
México. Esta ilusión no
volverá. Ahora, estamos detrás de
Ecuador.
Mérida, además de ser una ciudad universitaria
moderna, sería una Ciudad de Parques Nacionales La Culata, Sierra Nevada,
Metropolitano Albarregas y Parque
Zoológico.
La transcendencia
espiritual de la ciudad y los merideños fue una gran tarea, con la
participación en Mérida de César Rengifo e Ildemaro Mujica en teatro; en guignol,
Javier Villafañe. Músicos como Rhazés Hernández, Monique Dauphil, Maurice
Hasson, los hermanos Rivas Dugarte, Leovigildo Díaz. Escritores como Salvador
Garmendia, Víctor Valera Mora, Antonio Contramaestre, Edmundo Aray. Cine con Carlos
Rebolledo y Tareck Souki, pintores como Oswaldo Vigas. En el Centro
Experimental de Arte, destacaron el escultor Manuel de la Fuente, Juan
Calzadilla y Mauro Bello.
La solidaridad
internacional con la cultura: Festivales Internacionales de Música y Cine;
Centenario de la muerte de Beethoven. Solidaridad política con los exilados y
en defensa de los derechos humanos.
La
Universidad de Los Andes es andina
En junio de 1960, se realizó en Mérida, el
Primer Seminario Nacional sobre Educación Médica en Venezuela propiciado por la
Facultad de Medicina de la ULA, en que se sentaron las bases para la
transformación de la formación médica, en especial integrando la prevención de
la enfermedad y la promoción de la salud a la tradicional curación. Esto dio
bases para la instalación de las pasantías clínicas en el Hospital de Valera y
San Cristóbal y en el medio rural trujillano y tachirense, para lo que se
conformó una Coordinación Docente y una planta de profesores en cada hospital.
Desde 1966, se creó
una Escuela de Educación en San Cristóbal dependiente de la Facultad de
Humanidades y Educación por iniciativa de dirigentes estadales como Horacio
Cárdenas Becerra, Ramón Velásquez, los Pacheco Vivas, Alberto Alcalde y otros.
En 1970, se inició
un estudio sobre el Desarrollo de la Universidad. Como parte de este proceso,
se analizó la transformación de esta Escuela de Educación en la base de un
Núcleo de la ULA. Para ello, había dificultades como la falta de una sede
adecuada, ya que funcionaba al principio en una vieja casona donde llovía más
por dentro que por fuera, y luego en edificaciones tomadas, que serían la sede
del Ministerio de Agricultura y Cría en La Concordia, obviamente con grandes
limitaciones y adaptaciones. También
había enfrentamiento entre grupos de profesores, al punto que el Rector Ramón
Vicente Casanova decidió designar una Comisión indagadora, que recomendó elaborar expedientes disciplinarios y aplicación
de suspensiones temporales de algunos profesores.
No obstante, juntando
criterios sobre los aconteceres de Táchira y Trujillo, manifestó: “La
Universidad de Los Andes crearía pilares donde surgiera y se extendiera el
radio de acción universitaria para la influencia útil y transcendente, que
sentará las bases sobre las cuales se erigirá la Universidad autónoma que estos
estados requieren. En ese empeño, habrían de conjugarse las mejores voluntades
para desarrollar el proyecto que tendría objetivos muy altos y no los
propósitos mezquinos con que sectores poderosos confinan a un pueblo
acostumbrado a batallar en empresas extraordinarias”, expresión del Dr. Pedro
Rincón Gutiérrez desde San Cristóbal en 1971, en presencia del Consejo
Universitario de la Universidad de los Andes para respaldo político de esta
decisión.
Propuso que se debería
aumentar la oferta de estudios por su creciente demanda y por su vocación
regional. Particularmente, en ese sentido, la Universidad se extendió al eje
Trujillo Valera que carecía de servicios universitarios, económicamente deprimida
y el deseo de influir en el pensamiento de los ciudadanos. Se consideró un área
propicia para implementar el Ciclo Básico para optar a las siguientes carreras:
Arquitectura, Ciencias, Economía, Administración de Empresas, Educación,
Farmacia, Ingeniería Civil, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Química, Ingeniería
de Sistemas, Ingeniería Forestal. Los estudiantes que iniciaran el Ciclo Básico
en Trujillo, se radicarían en Mérida para el Ciclo Profesional. En 1976, se
inició el Ciclo Profesional de Educación.
A la vez, tentativos Estudios Profesionales de
la Salud; y de Educación en menciones de Matemáticas, Física, Castellano y
Literatura, Inglés, Francés, Química y Biología, con ciclos básicos y
profesionales en el Núcleo de Trujillo. Agrobiología
con dos menciones: Técnico Agrícola y Técnico Pecuario, en especial en el área
Motatán, El Cenizo, Monay y en el Distrito Boconó. Se recomendaban líneas de investigación
relacionadas con CORPOANDES, necesarias para el desarrollo regional.
El Núcleo de la ULA
en Trujillo
La actividad desde
los Ateneos, de Trujillo bajo la dirección de la Sra. Mireya Mendoza de
Alvarado; de Valera con la Sra. Ana
Salas Pisani y de Boconó con la Sra.
Miriam Zambrano de Urosa, diligenciaron con fuerza y decisión ante la
Universidad de Los Andes, la extensión de
sus actividades en Trujillo, aun contra algunas opiniones en contrario.
El 24 de abril de 1972,
se realizó una Sesión Especial de la Asamblea Legislativa del Estado Trujillo en
la Casa de la Cultura, ocasión en la cual, se firmó el Decreto del Consejo
Universitario de la ULA sobre la creación del Núcleo Universitario en Trujillo,
proyecto que fue remitido al Consejo Nacional de Universidades para su
aprobación oficial. En esa Sesión Especial, el Rector Rincón Gutiérrez reconoció
la colaboración de los profesores del Consejo Universitario representantes
estudiantiles que ejercieron junto con él; a las autoridades recientemente electas
presentes, Drs. Ramón Vicente Casanova, Rafael Chuecos Poggioli, Luis Fargier
Suárez y Hernán Hernández; y a los nuevos Decanos y Miembros del Consejo
Universitario. Igualmente, a los arquitectos de PLANDES Marcos Miliani y Edwin
Betancourt por los diseños y los planteamientos para la regionalización universitaria
que se vivía en Trujillo, Táchira y Los Llanos Occidentales.
La nueva
administración universitaria iniciada en 1972 no era partidaria de la
regionalización de la Universidad de Los Andes, hasta que se completara el
estudio de la nueva estructura universitaria, muy lento y sin resultados
previsibles a corto plazo, pero a la
vez también suponía que la ULA debería
concentrarse en Mérida, y acordar con CORPOANDES, ente del que había sido Presidente el ahora Rector, para que mediante acuerdos,
se investigaran los problemas del
desarrollo regional, y sobre esa base, desarrollar programas conjuntos ULA-
CORPOANDES, pero el procesos de creación del Núcleo había avanzado
con el Dr. Rincón Gutiérrez y no hubo
otra salida que continuarlo.
El 23 de junio de
1972 el CNU, siendo Rector el Dr. Ramón Casanova, aprobó la creación del Núcleo
Universitario de Trujillo, con el señalamiento informal del tentativo nombre de
Cristóbal Mendoza, con Administración de Empresas, Comunicación Social, Contaduría
Pública, Licenciatura en Educación y en Ingeniería Agrícola.
Desde un principio, hubo
una desatención por parte de la Universidad, que generaba reacciones de desagrado
y violencia, y que se reflejaron con una marcha masiva de trujillanos que se
trasladaron a Mérida.
El Dr. Rincón, en la interfase previa a la
creación oficial del Núcleo, designó al Dr. Antonio Luis Cárdenas como primer Director
Fundador del Núcleo, hasta que una vez aprobado oficialmente, la nueva
dirección universitaria del Dr. Casanova nombró el primer Vicerrector en la
persona del profesor Ismael Valero.
La
vida del Núcleo de Trujillo.
Con motivo de un discurso pronunciado
en una graduación de Licenciados de Educación en el Núcleo, el 9 de diciembre
de 1977, el Rector Rincón Gutiérrez mencionó las áreas de desarrollo académico:
Ciclos Básicos, Estudios Técnicos y Estudios profesionales.
Manifestó que el Gobierno
del Estado había adquirido el edificio del Colegio Santa Ana en la ciudad de
Trujillo donde funcionaba provisionalmente el NUT, y los terrenos de la
Hacienda El Prado. Narró los desencuentros entre la Universidad y las
autoridades del Estado por el diseño de las obras, su construcción e inspección.
La Facultad de Arquitectura diseñó las edificaciones de la Ciudad Universitaria
en El Prado y de las instalaciones de El Cenizo, que entregaron a la Dirección
de Obras Públicas del Estado, en junio de 1972, sin respuesta. El gobierno del
Estado contrató este diseño con una empresa en Maracaibo. Pero esta Dirección
al final planificó una edificación con una sola planta, insuficiente para el
alumnado previsto y las actividades académicas. La dimensión de la obra
requería una Comisión de la ULA, MINDUR y Gobernación, que no se instaló.
Finalmente, el Gobernador Pedro José Olmos adoptó
una posición conciliadora.
En 1977, se acordó bautizar el Núcleo de
Trujillo con el nombre del científico trujillano Rafael Rangel, con caminos y
ejemplos para seguir con la obra de Cristóbal Mendoza, Caracciolo Parra y
Olmedo y Mario Briceño Iragorri.
El 15 de septiembre
de 1978, inauguró oficialmente el Programa Académico de Ciencias de la Salud
del Estado Trujillo, que en gran sentido obedecía a una aspiración para el desarrollo del sistema de salud trujillano que
requería personal técnico y profesional para la cobertura de los servicios en
los distritos sanitarios, por una
evolución académica y científica del hospital Dr. Pedro Emilio Carrillo
de Valera, y por la ampliación de la
misión del Núcleo de Trujillo, en una tentativa experimentación
de enfoques, organización administrativa y académica de la formación en ciencias de la salud, que
clamaba su modernización. La iniciativa y conformación de un Grupo Político e Trujillo,
las motorizaron los profesores de la Facultad de Medicina, Rodolfo González Gil,
Comisionado de Salud del Estado; Salomón Domínguez, Director del Hospital de Valera;
Romer Rubio Villasmil, Coordinador Docente del Hospital y los reconocidos
profesionales Rafael Isidro Briceño y Rómulo Febres Villasmil. El Programa
estaría balo la responsabilidad del reputado sanitarista y ex Gobernador del
Estado, Dr. Juan Motezuma Ginnari.
Había una
coordinación de los Programas Académicos de Ciencias de la Salud de los Estados
Táchira y Trujillo conformada por el Dr.
Pedro Rincón Gutiérrez, Rector de la ULA, Roberto Rondón Morales, Decano
de la Facultad de Medicina y Carlos Luis González, reconocido sanitarista, ex Ministro
de Sanidad y Asistencia Social, profesor de la Facultad de Medicina
Todo este proceso se
detuvo porque de nuevo, otra administración universitaria iniciado en 1980, encabezada
por el Dr. José Mendoza Angulo y con otra visión a la del Dr. Pedro Rincón
Gutiérrez, planteó que la ULA debería
limitarse a Mérida, ya que según su criterio expresado en la toma de
posesión del Rectorado, señaló que Mérida y la Universidad deberían a volver a veinticinco años antes, cuando los estudiantes se sentían dilectos
hijos de la ciudadanía y los profesores paradigmas
de la civilidad. La ciudad y los habitantes tenían razón para sentirse
orgullosos de ser sede de un abrevadero de conocimientos, por lo que Mérida se
apreciaba en todos los confines de la patria. El foso entre la ciudad y la
universidad ha ocurrido por su crecimiento desmesurado.
La ciudad, la región
y la universidad vieron en el Dr. Pedro Rincón Gutiérrez el hombre sin poses,
que era un obrero entre obreros, un artista entre artistas, un científico entre
científicos, un rector entre rectores; con el trato afable y la palabra
agradable que recaía en el obrero con botas y barro, el estudiante con el brazo
levantado en protesta, el profesor en su aula o laboratorio, el funcionario con
sus normas, y el magistrado y el prelado con su ceremonia. Todos eran iguales,
porque con todos construyó la obra que hoy reconocemos.
“Un Rector que llevó
a una Universidad, a una ciudad y a una Región por dentro”
Colegas y
amigos. Gracias y buenos días