Entrevista
del Diario La Opinión, al Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, Rector de la Universidad
de Los Andes, publicada el 20 de agosto de 1967, en Mérida
¿Considera
prudente y necesaria la inmediata elección de nuevas Autoridades en la
Universidad de Los Andes?
Considero no sólo prudente y necesaria sino imprescindible para al ejercicio pleno de la autonomía lograr la elección de las Autoridades Universitarias, tanto en la Universidad de Los Andes como en las otras Universidades. Haremos todos los esfuerzos -marginado todo interés personal-para que en Mérida se cumpla dicho proceso, dentro de la Ley. Ojalá nuestra Universidad diera el ejemplo en asunto de tanta trascendencia.
¿Aceptará
Ud. la postulación para el Rectorado?
Es el Claustro Universitario el que postula
a quienes deben dirigir la Institución Universitaria. No hay hombres
imprescindibles. Nunca he ansiado posiciones directivas, pero tampoco las
rehuyo, si considero que puedo ser útil, aún con sacrificio de la propia
tranquilidad y de intereses materiales.
¿Qué
lo ha inducido a aceptar varias veces esa postulación?
Los motivos expuestos en la respuesta
anterior y el hecho de que una parte considerable del Claustro Universitario me
ha brindado apoyo en dos procesos electorales.
Lo que se ha llamado "continuismo"
en nuestro caso tiene sus características diferenciales de lo ocurrido en otras
Universidades. Es bueno recordar los hechos:
a) En la primera elección, a nivel de Consejos
de Facultad (3 de Julio de 1963) hubo empate entre los candidatos a Rector, no
obtuvo mayoría ninguno de los candidatos a Vice-Rector y resultó electo el Secretario;
en esa ocasión no se presentó mi candidatura.
b) En la segunda elección (26 de julio de
1963), se presentó un solo candidato y se produjo la abstención de parte del
electorado, suficiente para anular la elección. Nosotros votamos en dicho
proceso en cumplimiento de un deber ineludible.
c) A la tercera elección (27 de Febrero La
1964), concurrí acompañado del Dr. Miguel González Jaime, candidato a
Vice-Rector; entonces se obtuvo una parte del electorado; votó en aquella
ocasión el 62%, cifra considerable sí se analiza que una porción del electorado
se encontraba fuera del país, imposibilitada de concurrir a los comicios.
d) En el cuarto y último proceso (21 de Mayo
da 1964), concurrí nuevamente como candidato a Rector siendo mi compañero de
plancha el Dr. L.A. Calderón Pino; está vez se repitió el fenómeno
abstencionista, el número se votantes subió a 63,4 % del Claustro, persistiendo
las circunstancias de que una fracción del electorado que se hallaba en el
exterior (becas, año sabático, viajes de estudio, etc.) no pudo votar.
Quiero finalmente citar el informe jurídico
que deja bien clara nuestra situación de Legalidad en torno a lo que se ha
calificado de "continuismo" ó "estado de facto" Esta
categórica opinión jurídica emanó de voces autorizadas: Drs. Juan Luis Mora,
Mazzino Valeri y Ornar Eladio Quintero. He aquí el texto parcial de dicho
dictamen: "Cuarto: no habiéndose
logrado resultado electoral donde fueran electos el Rector y Vice-Rector de la
Universidad, los actuales Rector y Vice-Rector ejercen sus respectivos cargos
en virtud de un mandato que se considera tácitamente prorrogado hasta tanto se
produzca como consecuencia del evento electoral la elección de quienes habrán
de reemplazarlos, y por tanto son legítimas sus ejecutorias y actuaciones en al
ejercicio de los cargos para los cuales fueron nombrados de acuerdo con la Ley.
Quinto: La Universidad no puede quedar acéfala. La Ley no prevé un
procedimiento distinto para el caso de que no se obtenga por resultado
electoral la elección de los candidatos postulados, luego existe una
imposibilidad para llegar a una solución distinta a la legal y obligada
permanencia de los actuales Rector y Vice-Rector de la Universidad. Sexto:
Avocado como está el Consejo Universitario a la convocatoria de una nueva elección,
desde el punto vista legal el mandato de los actuales funcionarios dependerá
del resultado de nuestro proceso electoral"
Ante
las recientes declaraciones del Dr. Briceño Ferrigni, ¿en qué forma cree Ud.
que se podría lograr un entendimiento entre las distintas fuerzas que concurren
en nuestra Máxima Casa de Estudios?
El entendimiento fue posible en la elección
de junio de 1959 cuando todas las corrientes de la Universidad coincidieron en
una plancha unitaria que resultó electa para el período 1959-1963, con muy
pocos votos nulos o en blanco. Es verdad que hoy las circunstancias no son las
mismas de 1959, pero considero que siempre es posible y conveniente el
entendimiento de los diversos sectores universitarios en torno en torno a metas
y vías fundamentales de la Institución, cuya misión es trascendental y
permanente. Así por ejemplo, pienso que es fácil aglutinar el mayor número de
voluntades en pos de objetivos claros buscados sinceramente, como son la
autonomía universitaria, la libertad de cátedra, la renovación académica (tarea
continua), el mayor rendimiento académico, el planteamiento de labores en todos
los campos (docente, investigación, extensión, divulgación, etc.), la
preeminencia de las actividades de investigación, la sensibilidad y preocupación
beligerante por los problemas de la comunidad, la erradicación de la violencia
y de los factores que la desencadenan, la no discriminación ideológica, la
igualdad de oportunidades, la lucha contra dogmatismos y sectarismos, el
régimen de concursos para el ingreso al profesorado y el propiciar al máximo el
régimen de tiempo completo y la dedicación exclusiva, etc. Personalmente
considero que estos objetivos buscados honesta y tenazmente, unen a la inmensa
mayoría de los universitarios.
Todos los universitarios que sienten
hondamente el destino de la Institución y están dispuestos a marginar intereses
secundarios para luchar por aquellos objetivos que hacen de la Universidad un
organismo rector de la vida nacional, un foro de ideas ágil, un ávido centro de
investigación y un amplio campo de propósitos humanísticos.
En
su concepto, ¿Cuáles son esas fuerzas?
Todos los universitarios que sienten
hondamente el destino de la Institución y están dispuestos a marginar intereses
secundarios para luchar por aquellos objetivos que hacen de la Universidad un
organismo rector de la vida nacional, un foro de ideas ágil, un ávido centro de
investigación y un amplio campo de propósitos humanísticos.
¿Aceptaría
Ud. una fórmula de entendimiento como los social cristianos?
Siempre he dicho que no tengo posiciones
anti, porque siempre trabajo por algo. Menos puedo alentar predisposición ante
una corriente ideológica respetable que tiene en sus concepciones actuales
planteamientos novedosos.
Son precisamente los factores con poder de decisión en la vida universitaria quienes deben consultar el mayor o menor apoyo que pueden tener los posibles candidatos a conducir la vida universitaria, conducción que repito será fructífera, si se logra el mayor consenso de voluntades en pos de un programa de acción universitario, de metas claramente definidas.
No he ocultado mi admiración por los
evangelistas y primeros cristianos. Siempre me ha atraído la doctrina de los
primeros ideólogos del cristianismo (Orígenes, Tertulianos); las encuentro
-quizás por la proximidad en el tiempo a Jesús- mucho más cercana al más puro
ideal. Creo que en los escritos y en las prédicas de ellos (siglo I al IV) está
explícita la tesis comunitaria que ahora en el siglo XX está tan en boga, me
agrada poco la actuación de los cristianaos de la Edad Media; y me entristece
todo lo que huela a Inquisición.
Ud.
se ha definido como "cristiano primitivo"
No he ocultado mi admiración por los evangelistas
y primeros cristianos. Siempre me ha atraído la doctrina de los primeros
ideólogos del cristianismo (Orígenes, Tertulianos); las encuentro -quizás por
la proximidad en el tiempo a Jesús- mucho más cercana al más puro ideal. Creo
que en los escritos y en las prédicas de ellos (siglo I al IV) está explícita
la tesis comunitaria que ahora en el siglo XX está tan en boga, me agrada poco
la actuación de los cristianaos de la Edad Media; y me entristece todo lo que
huela a Inquisición, incluyendo los procedimientos inquisidores y de "caza
de brujas", que han llegado hasta nuestros días, cualquiera sea la
ideología en cuyo nombre se los practica. En cambio, nos reconforta totalmente
la vida y "milagros" del buen Papa Juan XXIII y me adhiero totalmente
a los postulados de la Encíclica "Populorum Progressio".
Nuestra gratitud y admiración está con los
profesores que nos enseñaron a no temer a las ideas y a respetar las ajenas,
que nos orientaron en actividades humanísticas sin alentarnos reservas frente a
la ciencia, en fin, recordamos todo aquello que afirma lo que es vocación de
servicio, espíritu de disciplina y disposición al trabajo en los jóvenes de
aquella generación.
¿Qué
recuerdos guarda de la educación católica y de su paso por el Colegio San José
de los Jesuitas?
Siempre añoramos gratamente nuestros años
mozos y son recuerdos amables los de nuestra formación escolar y liceísta: en
mi caso, la educación secundaria la hice en el San José.
Nuestra gratitud y admiración está con los
profesores que nos enseñaron a no temer a las ideas y a respetar las ajenas,
que nos orientaron en actividades humanísticas sin alentarnos reservas frente a
la ciencia, en fin, recordamos todo aquello que afirma lo que es vocación de
servicio, espíritu de disciplina y disposición al trabajo en los jóvenes de
aquella generación.
¿Qué
opinión le merece la propiedad comunitaria?
Como lo dije antes, esta doctrina está claramente
expuesta en los Evangelios y en los primeros Padres de la Iglesia. Citaré
algunos pasajes de los evangelistas y de los Apóstoles, que son elocuentes por
sí solos:
I
... "Y todos los que habían abrazado la
fe vivían unidos y tenían todas las cosas en común, y vivían las posesiones y
los bienes y los repartían entre todos, según que cada cual tenía
necesidad" ... (Hechos de los Apóstoles).
II
.."La
multitud de los que creyeron tenía un solo corazón y una sola alma y ninguno
decía ser propia suya cosa alguna de las que poseía, sino que para ellos todo
era común... Porque tampoco había entre ellos menesteroso alguno; pues cuantos
había propietarios de campos o casas, vendiéndole traían el producto de lo
vendido y lo ponían a los pies de los Apóstoles y se repartía dando a cada
quien según que uno tenía necesidad. "
(Hechos de los Apóstoles).
"Ahora,
pues, pues, vosotros los ricos, llorad dando alaridos por las desventuras que están
por sobrevenir. Vuestra riqueza se ha podrido y vuestros vestidos se han apolillado;
vuestro oro y vuestra plata se han enmohecido, y su moho servirá de testimonio
contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego. Atesorasteis para los
días postrimeros. He aquí que el jornal de los trabajadores que segaron
vuestros campos, defraudado por vosotros, está clamando, y las voces de los que
cegaron han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Regaladamente vivisteis
sobre la tierra y os distéis a placeres, cebasteis vuestros corazones para el
día de la matanza. Condenasteis, matasteis al justo: no se resiste”
(Epístola de Santiago)
Estos principios se reafirman
espléndidamente en las encíclicas "Mater et Magistra" y
"Populorum Progressio". La obra de Chardin, Lebret y Piaget está
imbuida de la tesis comunitaria.
En fin, personalmente me atrae todo camino
que busque lograr una equitativa distribución de los bienes de consumo y los de
producción. Eso sí que no se quede en simples formulaciones o proclamaciones,
sino que sea doctrina en marcha.
En la Universidad han descollado muy
insignes rectores en todos los tiempos. Personalmente tengo la mayor admiración
por Ramos de Lora, el fraile franciscano que fundó el seminario, origen de la
Universidad; por Monseñor Torrijos, promotor de la fabulosa aventura cultural
de traer a Mérida en lomo de acémilas desde Bogotá, riquísima Biblioteca, bien
conocida en la encomiable gestión de Parra Olmedo en épocas difíciles, de los
rectores que actuaron en las primeras décadas de este siglo, antes de iniciar
mi carrera, recuerdo con admiración a Diego Carbonell, abierto a la discusión
científica y al libre examen de la ideas: a Roberto Picón Lares, que realizó
obra renovadora y a Humberto Ruiz Fonseca, en cuya época fue creado el
organismo de bienestar estudiantil.
Como
estudiante, profesor y Rector que ha sido de la Universidad de Los Andes, ¿cuál
ha sido en su concepto el mejor Rector de nuestra máxima Casa de Estudios?
En la Universidad han descollado muy
insignes rectores en todos los tiempos. Personalmente tengo la mayor admiración
por Ramos de Lora, el fraile franciscano que fundó el seminario, origen de la
Universidad; por Monseñor Torrijos, promotor de la fabulosa aventura cultural
de traer a Mérida en lomo de acémilas desde Bogotá, riquísima Biblioteca, bien
conocida en la encomiable gestión de Parra Olmedo en épocas difíciles, de los
rectores que actuaron en las primeras décadas de este siglo, antes de iniciar
mi carrera, recuerdo con admiración a Diego Carbonell, abierto a la discusión
científica y al libre examen de la ideas: a Roberto Picón Lares, que realizó
obra renovadora y a Humberto Ruiz Fonseca, en cuya época fue creado el
organismo de bienestar estudiantil.
De los rectores que actuaron desde mi época
de estudiante tengo gratos recuerdos, pero debido al poco tiempo transcurrido
es mejor que generaciones posteriores, con la serenidad que da la perspectiva
lejana, establezcan al juicio ponderado sobre los rectores de épocas recientes.
La Universidad por esencia es una y no se
la puede escindir o mutilar. La Universidad por definición es universal por
cuanto tiene una visión total del cosmos, del hombre y de la sociedad; pero eso
que se ha llamado "multidiversidad" (multiplicidad en el
conocimiento) implica a su vez la concepción unitaria (Uni-Versum = verter en
la unidad) respecto de ese mundo y del ser humano y la sociedad en que se
desenvuelve.
¿Cree
Ud. en una Universidad humanística o técnica?
La Universidad por esencia es una y no se la
puede escindir o mutilar. La Universidad por definición es universal por cuanto
tiene una visión total del cosmos, del hombre y de la sociedad; pero eso que se
ha llamado "multidiversidad" (multiplicidad en el conocimiento)
implica a su vez la concepción unitaria (Uni-Versum = verter en la unidad) respecto
de ese mundo y del ser humano y la sociedad en que se desenvuelve.
Por ello es ilógico, anacrónico e inútil enfrentar
antitéticamente las ciencias exactas y de la naturaleza por un lado y las
ciencias humanas en el lado opuesto.
Las ciencias básicas y su aplicación práctica
(la tecnología) y las ciencias de la cultura (o humanísticas), se integran en
forma total e indivisible en una concepción auténtica de la universidad actual.
Es por ello que no creo en humanistas sin
una clara visión sobre el desarrollo científico y el avance tecnológico de la
humanidad actual, y me producen tristeza los "científicos" y
"técnicos" que no tienen una sólida formación humanística y exhiben
un lamentable desprecio por los fenómenos de la cultura.
¿Qué
opinión le merecen la Universidad de Oriente y la Universidad de Caracas?
En cuanto a la Universidad de Oriente,
siempre he considerado que será una institución muy valiosa para el desarrollo
y progreso del Oriente del país; es novedosa su distribución regional en núcleos,
experiencia que debe ser valorada oportunamente pues no estoy seguro si la
disgregación de servicios favorece la misión de la Universidad. Un paso que no
debe retardarse más es el de darle a esta Universidad el mismo estatuto que
rige a las universidades autónomas.
En cuanto a la Universidad Experimental de
Caracas, no entiendo cómo se pueden crear universidades cuando no existen
recursos suficientes para las universidades existentes. Además, nos preocupa la
proliferación de institutos de educación superior al margen de la Ley de Universidades.
Es por ello que no creo en humanistas sin
una clara visión sobre el desarrollo científico y el avance tecnológico de la
humanidad actual, y me producen tristeza los "científicos" y
"técnicos" que no tienen una sólida formación humanística y exhiben
un lamentable desprecio por los fenómenos de la cultura.
¿No
cree Ud. que la universidad financiada por el Estado, el nuevo Reglamento de
Universidades y el Consejo Nacional de Universidades, son la negación de la
Autonomía Universitaria?
Todas las Universidades Nacionales,
autónomas y experimentales son financiadas por el Estado. Es indudable que
quien provee los fondos puede favorecer a unas y recortar a otras, pero lo
justo sería distribuir equitativamente los fondos.
El Reglamento, es voz unánime, cercena la
autonomía y modifica la ley que la consagra plenamente.
El Consejo Nacional de Universidades es un
organismo contemplado en la Ley de Universidades y al cual se asignan funciones
de coordinación. No veo como pueda afectar a la autonomía el funcionamiento de
este cuerpo, salvo que se exceda en sus atribuciones de coordinador y a las que
les señala la Ley en la distribución de la cifra global del presupuesto
¿signado a las universidades y en la creación de Facultades, Escuelas e
Institutos.
PRG/arm.