El sexto foro conmemorativo del Centenario de Pedro Rincón Gutiérrez, Rector Magnífico de la Universidad de Los Andes, fue realizado en la Cátedra Simón Bolívar de la Facultad de Humanidades y Educación el pasado 28 de junio. Este foro, al igual que los anteriores fue organizado por la Academia de Mérida, el Grupo Miradas Múltiples y los ex Rectores Néstor López Rodríguez, Felipe Pachano Rivera y Lester Rodríguez Herrera. Los expositores invitados fueron la Dra. Mery López, decana de la Facultad de Humanidades y Educación, y el Dr. Néstor Añez, profesor-investigador de la Facultad de Ciencias.
El foro se inició con la ponencia “Pedro
Rincón Gutiérrez y la Facultad de Ciencias, con especial referencia a su
desarrollo y estado actual”, presentada por el Dr. Añez, quien parte del
reconocimiento de PRG como un líder académico excepcional, de una formación
pluridimensional, quien es el artífice de la modernización de la ULA. “Un
hombre es un caminante que va abriendo senderos son su sensibilidad”, así lo
hizo Don Pedro, para romper con una universidad que seguía anclada al modelo
positivista del siglo XIX, a un estilo de dirección autoritario y a resabios
monacales que se mantenían en las aulas universitarias. Gracias a una personalidad como la de PRG fue
posible crear una Facultad de Ciencias, que dispuso de la asesoría de los mejores académicos del país y de una de
las inteligencias mejor formada en el campo de las políticas universitarias,
como lo fue el brasileño Darcy Ribeyro.
La creación del CONICIT en 1967, de ASOVAC
en 1961, y del crecimiento de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central
de Venezuela, la intervención de importantes personalidades, como lo fueron Humberto García Arocha, Félix Pifano, Werner Jaffé y
Alfredo Planchart, para institucionalizar la investigación científica en el
país, sirvieron de apoyo al Rector Rincón Gutiérrez para crear la Facultad de
Ciencias en la ULA. El comienzo no fue feliz, nos dice el profesor Añez, la
carencia de recursos suficientes, la ausencia de profesores y la resistencia de
sectores tradicionales, obstruyeron un avance rápido del proyecto. La creación en
1968 de la Comisión encargada de elaborar el proyecto de Facultad de Ciencias,
integrada por el Dr. Alonso Camero de la UCV, el Dr. Nelson Luis Cárdenas,
coordinador del Centro de Ciencias y el Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, aceleró su
trabajo dada la fuerte presión estudiantil y el 2 de marzo de 1970, en acto
solemne convocado por el CU y con la presencia del Rector de la UCV, Dr.
Francisco De Venanzi como invitado especial, se crea la Facultad de Ciencias de
la Universidad de Los Andes.
Se inicia bajo la figura jurídica de
Facultad Experimental, integrada por cuatro Departamentos: Física, Química,
Matemáticas y Biología. En corto tiempo se integran a la ULA, profesores
provenientes de otras universidades venezolanas y de investigadores de otros
países. Los Departamentos crecen con el programa de servicio docente prestado a
otras facultades y con la formación de grupos de investigación, que en poco
tiempo, 1980-1990 absorben el 70 por ciento del financiamiento del CDCHT y
obtienen reconocimiento mediante premios nacionales como los otorgados por la
Fundación Polar, que entrega 17 premios entre 1985-2017 a investigadores de esta
nueva Facultad. Con el apoyo del CONICIT son muchos los profesores que
participan en Congresos Internacionales y el incremento de las publicaciones
científicas en revistas especializadas, coloca a la ULA entre las universidades
latinoamericanas con mayor desarrollo de la investigación científica.
Con el nuevo gobierno de Hugo Chávez en
1999, se inicia un proceso de declive de la investigación científica, se
cuestiona la ausencia de una orientación adecuada para la solución de los
problemas nacionales. Con el Plan Nacional de Ciencia y Tecnología y la
creación de la Misión Ciencias, se introduce un discurso ideológico que daña el
proceso de consolidación de los grupos de investigación, genera dispersión y da
pie al inicio de una diáspora de investigadores. La intención de sustituir la
orientación liberal de la investigación por una socialista, y la creación de
nuevas universidades bajo la orientación socialista, propicia una concentración
de recursos, las nuevas normativas que se aprueban para el financiamiento de la
investigación debilitan las instituciones de las universidades autónomas.
El derrumbe de la economía iniciado en 2012
y acelerado a partir de 2017, arrastra empresas, infraestructura, servicios,
comunidades humanas, instituciones, entre ellas a las universidades públicas.
Este cuadro se agrava con la pandemia en 2020-2011 y se inicia la diáspora de
profesores, la deserción estudiantil, la renuncia de muchos miembros del personal
administrativo y obrero. Una parte del profesorado se mantiene en la
universidad, a pesar del deterioro de su salario.
Una de las manifestaciones más dramáticas en
contra de las universidades públicas es la agresión física de que son objeto:
UDO, UCV, LUZ, UNFEM, UC y ULA, presentan caso dramáticos de vandalismo y de
una violencia cargada de un odio destructor. Saqueos de equipos de
investigación, desmantelamientos de laboratorios de informática, destrucción de
equipos de electricidad, robo de fibra óptica y de equipos informáticos de
acceso a Internet, pillaje del equipo telefónico, de los talleres de
carpintería, mecánica y de publicaciones. Es verdaderamente conmovedor la
abulia y la apatía de las autoridades ante este proceso destructivo a que están
siendo sometidas las facultades, en especial, la Facultad de Ciencias. El Dr.
Añez termina su exposición con este interrogante: ¿Merece Pedro Rincón
Gutiérrez este testimonio sobre la Universidad que construyó con tanto
esfuerzo, en la fecha conmemorativa del centenario de su nacimiento?
La segunda exposición le correspondió a la
Dra. Mery López, decana de la Facultad de Humanidades y Educación. Aplicó el
método del ensayo biográfico de Patricio Zunini: Fogwill, una memoria coral,
(2014) “una narración a partir de testimonios de primera mano”. Seleccionó el
testimonio de cinco profesores de su facultad, que compartieron con el Rector
Pedro Rincón Gutiérrez trabajos académicos, administrativos, políticos,
intelectuales y culturales o cultivaron vínculos personales. El prof. Aníbal
León nos ayuda a refrescar la memoria
sobre de la creación de la Facultad, la inclusión de investigadores
provenientes del exterior que fortalecen los estudios humanísticos y los
primeros esfuerzos locales para darle piso institucional a las Humanidades, que
representaba para Rincón Gutiérrez una condición insoslayable, si queremos
construir una auténtica universidad.
La expositora nos lee el relato de la
profesora María del Pilar Quintero, psicóloga adscrita a la Escuela de
Educación. Nos dice que el período de gestión del Rector Rincón Gutiérrez ha
sido el más fulgurante de la ULA. Como gran constructor de democracia, le dio
una especial importancia a la educación y a la formación de los docentes.
Valorizó como uno de los procesos más innovadores a nivel mundial, la participación de la mujer
en los asuntos públicos y su formación profesional. Es muy importante destacar,
la especial importancia que Perucho le dio a los aportes que podrían obtenerse
de profesores investigadores provenientes de otros países como Mihailo
Marcovici, Juan Astorga, Miguel Marciales, Roger Bartra, Alfonso Cuesta y
Cuesta. Músicos, escritores, artistas plásticos y críticos de arte se residenciaron
en Mérida, bajo los auspicios de Perucho.
Siguen los relatos de los profesores Pedro
Rivas, Ramón Rivas y Julio Tallaferro. En los tres testimonios, se enfatiza en
las cualidades personales del Rector Magnífico: “tolerancia y cultura
democrática”, “destacado agente del cambio histórico en la ciudad y la
universidad”, “un gran humanista y un gran ser humano”. En conclusión, nos dice
la profesora Mery López, recordar a Perucho nos alienta a retomar la fuerza del
cambio universitario.