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martes, 4 de julio de 2023

El rector Pedro Rincón Gutiérrez y la Facultad de Humanidades y Educación. Una memoria coral. - Prof. Mery López de Cordero




(Ponencia presentada en el foro HUMANIDADES Y CIENCIAS, DOS FACULTADES CREADAS POR EL RECTOR PEDRO RINCÓN GUTIÉRREZ, realizado en la Cátedra Simón Bolívar de la Facultad de Humanidades y Educación, el día 28 de junio de 2022)
 

Documento producido para el acto de cierre de las actividades que, en memoria del centenario del nacimiento del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, ha llevado adelante el Grupo “Miradas Múltiples”, desde el 27 de enero de 2023.

Cuando el Dr. Roberto Rondón Morales, en representación del grupo “Miradas Múltiples” me invitó a participar en el acto de cierre de las actividades que, en memoria del centenario del nacimiento del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, han venido realizando los miembros de tal grupo académico, con el apoyo de la Academia de Mérida, desde el viernes 27 de enero del presente año, para hablar sobre la obra universitaria, humanística, social y educativa del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, desde el punto de vista de la Facultad de Humanidades y Educación, pensé en el ensayo biográfico de Patricio Zunini: Fogwill, una memoria coral, (2014) “una narración a partir de testimonios de primera mano”, en la que algunos profesores de la Facultad de Humanidades y Educación expusieran sus “miradas múltiples”, objetivas y subjetivas, parciales, relativas, críticas, que dialogan unas con las otras, y construyen la vida y obra universitaria de Pedro Rincón Gutiérrez en el campo de las Humanidades y la Educación, en un intento plural y democrático de reconocimiento y revisión histórica de su legado.

 

He aquí los testimonios:

 

1.   Dr. Aníbal León

 

El patrimonio, el arte, la cultura y la educación.

En principio, el Dr. León me dijo que era poco lo que sabía sobre Perucho, pero también señaló que lo que sí era cierto es que el Rector, como política, se había propuesto y logró contribuir con el aumento del patrimonio universitario, -en ocasiones comprometiendo arriesgadamente el patrimonio existente-, mediante la adquisición de grandes cantidades de terrenos para la Universidad, como los terrenos de La Hechicera, de la avenida Las Américas, de la avenida Los Próceres, de la avenida Universidad, en Santa Rosa, en Campo de Oro, etc.

Indicó que PRG, en 1950, junto con Mariano Picón Salas y Carlos César Rodríguez promocionó la creación de la Facultad de Humanidades, es decir, el rescate de los estudios primeros de la Universidad, puesto que: “Una universidad que se premie de serlo debe tener estudios científicos y estudios humanísticos”. Fue una búsqueda de Perucho la restitución de los estudios humanísticos en la ULA, desaparecidos a comienzos del siglo XX.

Además, siguiendo la propuesta de Darcy Ribeiro, llevó adelante en la Facultad de Humanidades y Educación, el cambio de los periodos lectivos anuales a los semestrales. Fundó los Talleres Gráficos de la Universidad; desarrolló los Talleres de carpintería; apoyó grandes eventos del arte y la cultura: Festivales de cine, teatro, música; institucionalizó las políticas y práctica culturales universitarias.

Los estudios humanísticos se reiniciaron como parte de la Facultad de Derecho con las Escuelas de Historia y de Letras, recomenzaron en 1955 en una casa del Centro de la Ciudad. Unos años más tarde, estas Escuelas pasan a constituir la Facultad de Humanidades y, a partir de 1959, con la creación y adscripción de la Escuela de Educación, la Facultad pasa a llamarse Facultad de Humanidades y Educación.

La Facultad crecía en número de carreras, de estudiantes, de profesores y de personal, de modo que, cuando Perucho fue nombrado Rector de la ULA por el Gobierno Nacional, luego del derrocamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, para garantizar más espacio para la FAHE, apoyó la construcción de los llamados “Galpones” de la avenida Universidad para garantizar “provisionalmente” el desarrollo de las actividades de docencia, investigación y extensión-. En tal provisionalidad, la FAHE operó durante 20 años aproximadamente, hasta que la edificación comenzó a derrumbarse.

El espíritu visionario de Perucho, siempre a la vanguardia, lo llevaba a buscar la consolidación de una gran infraestructura, para una gran universidad. Así que años más tarde propuso la creación del campus de La Hechicera en el cual, pensaba que la Facultad de Humanidades y Educación podría construirse junto con la Facultad de Ciencias.

Una anécdota significativa: en los años 90, cuando se inauguró el primer edificio de la Facultad de Humanidades y Educación, en su sede actual de la Avenida Las Américas, el discurso de orden lo dio el Dr. Carlos César Rodríguez. En sus palabras, el Dr. Rodríguez, nunca hizo alusión al papel preponderante de Perucho tanto para la adquisición de los terrenos que hicieron posible el proyecto de construcción, como para la concreción del proyecto mismo. Al finalizar el discurso, Perucho le indicó al profesor Carlos César su omisión; este le indicó que solo había sido un “pequeño lapsus”.

Con respecto a la Escuela de Educación, creada en 1959, aunque no fue una propuesta de Perucho, pues estaba llegando al Rectorado, sí asumió su compromiso en darle apoyo y sostén a los efectos de su consolidación. Los apoyos además se fundaron en la invitación y llegada de profesores expertos y reconocidos del extranjero. En estos años llegaron profesores de distintas partes del mundo, fundamentalmente latinoamericanos y europeos, que vinieron a enriquecer la vida académica no solo de la Escuela de Educación.

Perucho era reiterativo al expresar la idea de Simón Bolívar de que “Un pueblo sin educación es preso de su propia ignorancia” y acuñaba la idea de que los estudios para la formación docente, -que en esos momentos solo los tenían la Universidad Central de Venezuela y la Universidad de Los Andes-, debían tener el mayor nivel, la mayor elevación posible, y eso debería ser un gran propósito de la Universidad pues en el logro de tal cometido descansaba el desarrollo educativo, cultural, económico, social, del país. Perucho decía que a la educación se le debía otorgar el sitial más importante en la cultura nacional, pues sin ella no se garantizan otros desarrollos del Estado. Sin embargo, durante su gestión rectoral, Perucho no propuso mayores transformaciones curriculares en materia educativa, probablemente debido a la falta de visión de quienes dirigían el Sistema Educativo de la época, además del clima de violencia generalizado que se vivía en el país. Sin embargo, en lo que sí tuvo claridad meridiana fue en que sin conocimiento científico y sin conocimiento humanístico, no hay universidad.

 

 

2.   Dra. María del Pilar Quintero

 

Universalidad, cosmopolitismo, democracia, pluralidad y feminismo Avant la lettre

Dice la Dra. Quintero: Yo conocí al Doctor Pedro Rincón Gutiérrez en 1958 a través de Marieta Vetancourt Lares y su hermana Olga Vetancourt de Gonzáles Vale. Para entonces yo vivía en casa de los padres de ellas en calidad de residente estudiantil por un acuerdo familiar, yo soy del Táchira. Luego, a principios de 1959, me fui a México y regresé en 1969. Estuve 10 años fuera del país, esto me crea un vacío en cuanto a la actuación del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez como rector. Ahora bien, regresé en 1969 y entré por concurso de credenciales a trabajar como profesora en la ULA y en 1970 concursé e ingresé por esta vía al personal docente de la Escuela de Educación. A pesar de ese vacío en el tiempo de estancia en Mérida puedo exponer algunas apreciaciones sobre su personalidad y cómo ellas marcaron su trayectoria como rector e influyeron en la Universidad de Los Andes y en la ciudad y región de Mérida.                         

1. Su visión futurista. El rector Pedro Rincón Gutiérrez siempre tuvo presente que, en su gestión, la Universidad de Los Andes debía ampliar significativamente sus campos de conocimiento. Ello implicaría la creación de nuevas Facultades, Escuelas, y una ampliación de la matrícula y la planta de docentes, empleados y obreros, necesidad de nuevos edificios. En función de estos fines, se hacía perentorio aumentar el patrimonio espacial de la Universidad para lo cual se marcó el propósito de adquirir importantes haciendas aledañas a la ciudad de entonces. Tal audacia permitió la construcción de la valiosa infraestructura arquitectónica que hoy día posee la Universidad de Los Andes, entre cuyas edificaciones está la Facultad de Humanidades y Educación.               

2.- La concepción universalista de la vida del rector Pedro Rincón Gutiérrez influyó en que él pensara a la Universidad de Los Andes, no como una Universidad regional, sino como una Universidad cosmopolita; por y para ello, propició la invitación y el ingreso a la misma de reconocidos profesores de diferentes partes del mundo. Así, en el caso de nuestra Facultad de Humanidades y Educación, contó con la presencia de profesores de la talla de Miroslaw Marcovich, la profesora María Rosa Alonso, Alfonzo Cuesta y Cuesta, Miguel Izard, Miguel Marciales, Carlos Silva, Juan Astorga Anta, fundador de los Estudios de Historia del Arte en nuestra Facultad y del Museo que lleva su nombre; quienes con su gran experiencia intelectual enriquecieron las bases del saber y del conocimiento de nuestra Facultad.                  

3.-Así mismo,  como expresión de su valoración de la pluralidad cultural y la búsqueda de la excelencia, propició y auspició los programas de formación  de postgrado de los profesores en los Centros de estudio más prestigiosos del mundo, de tal forma que se otorgó la posibilidad de estudiar en el exterior a valiosos maestros de toda la Universidad; en el caso de nuestra  Facultad,  fue el caso de maestros fundadores tales como Carlos Emilio Muñoz Oraá, Horacio López Guédez, Milagros Contreras, Rufina Pernía, Ernesto Pérez Batista, y muchos más.     

4.- El doctor Pedro Rincón Gutiérrez estaba muy consciente de la necesidad  y conveniencia de que la Universidad  estableciera y estrechara lazos culturales con la tradición cultural del país y del mundo y eso lo impulsó a invitar a valiosos intelectuales venezolanos y extranjeros  de gran experiencia creadora para dirigir  la Dirección de Cultura y Extensión, tales fueron: César Rengifo, Oswaldo Vigas, Salvador Garmendia, Carlos Contramaestre, Edmundo Aray y otros que hicieron escuela en diversas ramas de la creación, tal  como es el caso del maestro titiritero Javier Villafañe; una personalidad de talla internacional como Maurice Hasson, en el campo de la música; y, Juan Calzadilla, en el campo de las artes plásticas y la poesía. 

La presencia de estos intelectuales y artistas de amplio espíritu creador, con sus obras, iniciativas, creaciones y acciones impregnaron y enriquecieron la experiencia cultural y el imaginario de la Dirección de Cultura, de la Facultad de Humanidades y Educación, de toda la Universidad, de la ciudad de Mérida y de toda la región andina.     

5.- El Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, fue un constructor de democracia, y con su actuar como rector enseñó a aceptar las diferencias culturales y la diversidad política, ideológica y religiosa, y construyó relaciones positivas y dialogales con todas las tendencias políticas y sus facciones. Hay que acotar aquí que esto lo llevó a cabo en tiempos difíciles como lo fueron los años sesenta y principios de los setenta. Su comportamiento dialogal fue una escuela de convivencia y aceptación de la diversidad tanto para la universidad como para la ciudad y la región.

6.- El rectorado del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez se caracterizó por enfatizar la inclusión femenina en los estudios universitarios y contribuyó a ello con la creación de la Residencia Femenina de la Universidad de Los Andes, que hoy lleva por nombre el de su directora fundadora Graciela Romero de Molina. En esa residencia vivieron algunas jóvenes que después fueron profesoras de la Facultad de Humanidades como la escritora María Luisa Lázzaro.

7.- La Universidad de los Andes durante el rectorado del Doctor Pedro Rincón Gutiérrez estimuló la inclusión e igualdad de oportunidades a través del ingreso de jóvenes estudiantes de todos los sectores sociales con la creación de servicios estudiantiles como las residencias femenina y masculina, el comedor, el transporte universitario, las becas estudiantiles etc.

8.- El doctor Pedro Rincón Gutiérrez por su honda formación democrática y humanista impulsó desde el rectorado importantes programas para el bienestar de todos los trabajadores universitarios especialmente en el campo de salud y vivienda, entre otros.

La figura del doctor Pedro Rincón Gutiérrez y su ejercicio rectoral constituyen un patrimonio cultural de la Universidad de Los Andes.

 

 

3.   Dr. Pedro Rivas

 

Universidad, política y liderazgo

La mirada onto-epistémica del rector Rincón Gutiérrez nunca dejó de dar primacía a los dos faros de luz que definen el sentido y el significado de una universidad: los estudios humanísticos y científicos. Por ello se rodeó de lo más granado del pensamiento humanístico y cultural, así como de las ciencias experimentales y matemática para hacer posible su sueño de recrear la verdadera universidad como aquella nacida en Bolonia y París del siglo XI.

Allí estuvieron los hombres que escribieron las páginas fundacionales de la Facultad de Humanidades, entre los que menciono a Gonzalo Rincón Gutiérrez, su hermano mayor; Carlos César Rodríguez, Pedro Nicolás Tablante Garrido, Miguel Marciales, Alfonzo Cuesta y Cuesta, Mario Spinetti Dini y Miroslav Marcovich, entre otros. De sus iniciativas salieron las escuelas de Letras e Historia, y más adelante se crea la escuela de Educación.

Una institución universitaria, nacida en la vieja ciudad de los Caballeros de Santiago de Mérida, circunscrita entre las Plazas de Milla y Glorias Patrias, soltó amarras en todas las direcciones después de 1958. Acá inicio el rectorado, y la Universidad representada en dos pequeños núcleos, -en el centro de la ciudad, y en la Avenida Tulio Febres Cordero-, tomó caminos hacia la Hechicera, con el Núcleo Técnico Científico; hacia Liria, con el Núcleo Humanístico Social; y hacia Campo de Oro, con el Núcleo Médico Biológico, con el HULA y la Facultad de Farmacia, quedando el espacio para Medicina y Odontología.

El rector Perucho tomó libros, ideas y esperanzas y atravesó páramos para ir al Táchira y Trujillo. Todos estos nuevos espacios se llenaron con dos Núcleos Universitarios fuera de Mérida, y dentro ella, Núcleos de Facultades afines: cuatro nuevas Facultades, nueve nuevas Escuelas, siete institutos de Investigación, nueve Centros Interdisciplinarios, como Microscopía Electrónica y Medicina Nuclear, algunos con acuerdos con instituciones nacionales e internacionales relacionados con conservación ambiental como el CIDIAT, observaciones astronómicas y meteorológicas, conservación de bosques; empresas, explotación agropecuaria.

La universidad que se hacía de vida cultural. La sublimidad del espíritu de la gente fue parte importante de su actuación haciendo llegar a Mérida a músicos, literatos, artistas de variadas expresiones visuales, auditivas, cinematográficas, danza, ballet, escultura, la cultura y extensión, los deportes, actividades teatrales, el guignol incluido, talleres gráficos, publicaciones, festivales internacionales de música y congresos sobre derechos humanos. Se convirtió así la ULA en un instituto de resonancia y de relaciones con el conocimiento humanístico, científico, tecnológico artístico, literario, social del mundo, conectada a centros de prestigioso desarrollo académico, por formación postgraduada de sus integrantes y por la atractiva llegada de distinguidos profesores extranjeros que se estacionaron en la ciudad para siempre formando las generaciones de profesionales, buena parte de ellos, son quienes que hoy sostienen la universidad en su carácter de profesores.

El arte de la negociación política le permitió llegar a acuerdos para la convivencia y la gobernabilidad. La mediación y el diálogo, para concordar y negociar salidas y soluciones a conflictos y dificultades en la Universidad, fueron algunos de sus atributos más destacados porque supo manejar situaciones difíciles con tino e inteligencia política; cualidades poco cultivadas hoy, por buena parte de sus sucesores y de la dirigencia académica universitaria, en particular, de las nuevas camadas de líderes universitarios que, desafortunadamente, se entrenan a partir del irrespeto al contrincante, la intolerancia con quienes no piensan igual y el fomento de la exclusión y del no diálogo universitario constructivo.

Desde esta mirada, Don Pedro fue un político de la academia y un académico de la política, sin que tal atributo separase el talante de gran conversador y promotor del diálogo y el acuerdo en todos los niveles. De ello da cuenta su contacto y comunicación con los presidentes de la República: Wolfang Larrazábal, Edgar Sanabria, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Luís Herrera Campins, Jaime Lusinchi, su amigo, quien hizo un año de Medicina en la ULA, y, finalmente, con el Comandante Hugo Chávez Frías.

La Universidad de Los Andes era la única universidad que tenía en Caracas una oficina de relaciones académicas y administrativas con personal ad hoc, con personal, vehículo y chofer para lidiar su agenda administrativa con el gobierno nacional y establecer reuniones políticas y acuerdos interuniversitarios. Desde allí Perucho se hacía presente.

Sin duda alguna que el rector Rincón Gutiérrez fue un hombre dedicado a la política y al ejercicio del poder.

 

4.  

PrProf. Ramón Rivas

Democracia, modernización, Latinoamérica y el mundo

Sin duda alguna, Don Pedro Rincón Gutiérrez, Rector Magnífico, jugó un papel estelar en el proceso de modernización de La Universidad de Los Andes, con implicaciones significativas en la vida económica, social, cultural y científica de la ciudad de Mérida. Un proceso de modernización con el desarrollo de una vasta infraestructura física y educativa, con una diversificación de facultades e instituciones a lo largo y ancho de la ciudad de Mérida, con impactos de importancia en otras regiones de los Andes y de la nación. Un proceso de modernización que respondió   a los retos y desafíos que demandaba la nación, en una dinámica de acelerada transformación de la sociedad venezolana, bajo la impronta del fenómeno petrolero. Es decir, una nación, una región, un país abierto a la democracia y al desarrollo económico requería  que sus universidades, con plena autonomía, tuvieren que transformarse radicalmente para estar a la altura de las circunstancias históricas.

Don Pedro Rincón Gutiérrez, es parte vital de una generación y una sociedad que exigía cambios en las viejas estructuras universitarias para renovarlas  y ponerlas al días con los nuevos saberes tanto en el campo de las ciencias, como en el de las humanidades. Asumió el   reto histórico de conducir la modernización de la ULA, en  un  momento político, complejo y difícil,  en el que Venezuela buscaba los caminos hacia civilidad y la democracia. Por otro lado, esa modernización significó la ruptura con una  universidad cerrada, elitista y de castas, como lo diría el maestro Prieto, hacia una universidad más democrática,  más libre,  en consonancia con   los conocimientos   que se producían en los más diversos saberes.

La Universidad de los Andes abierta, libre, autónoma y democrática, al servicio de una ciudad, de un estado, de unas regiones y de una nación. Un logro histórico de la gestión de Don Pedro Rincón Gutiérrez, cuyo legado debe permanecer en el tiempo, con sus alcances y límites, entre la luz y la sombra. Su grandeza histórica se dignifica, en estos tiempos en que las universidades nacionales sufren el impacto de la barbarie y la violencia de un régimen que odia la inteligencia.

Sin lugar a dudas, uno de los acontecimientos intelectuales con una proyección histórica en la vida nacional, fue la transformación de la Escuela de Humanidades (1955-1958) a Facultad de Humanidades, el 10 de octubre de 1958. Este acontecimiento cultural contó con la presencia del Presidente de la Junta de Gobierno Provisional, presidida por Wolfang Larrazábal, su Ministro de Educación, Rafael María Pizani, el Coronel Carlos Luis Araque y el gobernador Sánchez Duque. El acto especial se dio en el paraninfo de la ULA, presidido por su rector provisional Dr. Rincón Gutiérrez. El discurso de orden lo dio el ministro de Educación, Dr. Pizani. Posteriormente, vino la creación de la Escuela de Educación, el 15 de septiembre de 1959. Como Facultad de Humanidades y Educación, inicia una nueva etapa de la historia Contemporánea de Venezuela, que haría importantes contribuciones en el fortalecimiento de la conciencia histórica nacional 

De allí, la importancia histórica de la creación de la Facultad de Humanidades y Educación, como el soporte intelectual y espiritual para fortalecer y consolidar la venezolanidad y la nacionalidad, ante los retos y desafíos de una nación en transformación permanente y así saber el lugar que ocuparía en el escenario latinoamericano y mundial. Por lo que era vital fortalecer la memoria histórica con el fin de comprender las razones de nuestros orígenes históricos y su proyección en el tiempo.  Es decir, el petróleo, la energía nuclear, la geopolítica, marcan el espíritu de la época histórica. ¿Qué hacer? ¿Cuál es el rol de la Facultad de Humanidades y de Educación para responder a esos retos históricos tan complejos?

Dentro de ese panorama que se ha escrito sobre el rol intelectual de la Facultad de Humanidades y Educación en la renovación de los estudios humanísticos, y su proyección en la consolidación de la conciencia histórica nacional, contribuye en esa dimensión, la expansión de los estudios filosóficos que se desplegaron a partir del nacimiento de la Facultad de Humanidades y Educación. Nuevas miradas y perspectivas del quehacer filosófico para comprender, en última instancia, las causas últimas de nuestro proceso histórico venezolano y el rol que debería ocupar en el concierto de las naciones.  Los primeros en esa faena vital, el filósofo de Belgrado, Miroslaw Marcovich, José Manuel Briceño Guerrero, el dominicano Jiménez Grullón y Otto Maduro; todos ellos con un denominador común: la enseñanza de la filosofía de la historia. No basta la simple narración de los hechos históricos, sino se da una mirada desde la filosofía. A lo largo del tiempo, la sistematización de esos conocimientos filosóficos, como resultado de toda esa enseñanza, se llevó a cabo mediante el pregrado, el post-grado y el doctorado en Filosofía. Un largo camino de avances y límites, hasta alcanzar un conocimiento superior en el marco de la filosofía.  Un mérito que le corresponde a la Escuela de Educación en la enseñanza de la Filosofía.

Una nota Adicional: Es de suma importancia mencionar dos documentos históricos que recogen las bases doctrinarias filosóficas de lo que representaría ese proceso de modernización de la Universidad de Los Andes en el tiempo, bajo la rectoría del Dr. Pedro Rincón Gutiérrez. El primero, tiene que ver con el proyecto que presentó Don Pedro a la ciudad de Mérida en el año de 1963, cuyo título es elocuente: “La Universidad y Su Desarrollo Futuro”. El documento, de unas 26 páginas, contiene un conjunto de gráficos que responden al esquema organizativo, administrativo, académico e institucional de la Universidad del porvenir. Es decir, este proyecto constituye la síntesis de la ciencia pura, práctica y humanística. La nueva universidad, integrada en el espíritu de la ciudad de Mérida, de sus regiones y la nación. Un documento tal vez desconocido, definitivamente.

El segundo y último documento, el que presentó ante el Banco Interamericano de Desarrollo para  la expansión y renovación  de la ULA  para estar en sintonía  con las exigencias de un estado, de unas regiones y  de un país  que se estaba  urbanizando e industrializando con  un crecimiento demográfico acelerado:  “Venezuela: Programa  de Expansión  de la Universidad de los Andes de Mérida, Venezuela, PR_551-A, 28 de Noviembre de 1972”. Este documento, en unas 56 páginas, contiene un análisis técnico-financiero y una evaluación económica y jurídica de la Universidad.

Esta base doctrinaria filosófica y técnica del proceso de modernización de la ULA, que representa las fuentes documentales, de carácter oficial, que le dieron el carácter institucional al proceso de modernización de la Universidad, expresan de algún modo el ánimo y la voluntad de Don Pedro Rincón Gutiérrez para la transformación de la Universidad y su proyección social y cultural en la ciudad de Mérida y en el país.

Hoy la obra de Don Pedro Rincón Gutiérrez resulta propicia en esto tiempos de crisis universitaria y alienta un nuevo proceso de cambios y transformaciones.

 

5.   Prof. Julio Tallaferro.

 

Ciencia y humanidades, ingenio y humor

En una conversación telefónica inacabada, debido a un fuerte problema de rinitis alérgica, el profesor Julio Tallaferro comenzó refiriendo que no tuvo una amistad muy cercana con Pedro Rincón Gutiérrez, sino con su hermano Gonzalo Rincón Gutiérrez. Sin embargo, sí es de su conocimiento que Perucho consideraba fundamental unir las Ciencias con la Humanidades.

Indicó que la obra universitaria de Pedro Rincón Gutiérrez, en relación con la Facultad de Humanidades y Educación, debe mirarse a partir del influjo de dos personas: una, sin duda alguna la de su hermano Gonzalo Rincón Gutiérrez; la otra, Carlos César Rodríguez. Este último traído a la FAHE por Perucho por su impronta central en su ideario

Aseveró que Pedro Rincón Gutiérrez fue un gran humanista y, además, un gran ser humano. En su empeño de hacer crecer una gran Facultad de Humanidades trajo a una gran cantidad de importantes figuras de las letras, de la historia, del arte, de las lenguas clásicas, como Markovich, Contramaestre, Vigas… lo cual tuvo un impacto muy grande no solo para las Humanidades, sino para la Universidad y para la ciudad.

A modo de anécdota, contó que “Pedro Rincón Gutiérrez era muy impuntual, lo cual chocaba conmigo por cuanto siempre he sido muy respetuoso del tiempo de los demás. En una oportunidad, Pedro Rincón Gutiérrez me citó a su despacho a las 8 de la mañana. Puntual llegué a la cita, Perucho no había llegado. Así que cuando transcurrieron cinco minutos le dije a la secretaria que le avisara al Rector que yo había cumplido con la cita. Luego me enteré de que el Rector había llegado ese día a las 11. Días después nos encontramos y ante el reclamo que le hice, Perucho me dijo que, si quería puntualidad esta vez, me esperaba al día siguiente en su casa a las 6 am. Llegué quince minutos antes, pero me quedé afuera esperando, toqué la puerta exactamente a las 6 am. Inmediatamente, Perucho abrió la puerta y se mofó de mi espera, pues me había estado mirando todo el tiempo desde que llegué. 

Finalmente, en este acto de reconocimiento, a partir de las voces que, como un pentágono, aportaron los datos para esta ponencia quiero resaltar el legado, la trascendencia y la impronta que, como marca indeleble, ha dejado Pedro Rincón Gutiérrez, el Rector Magnífico, en el patrimonio, las humanidades, el arte, la cultura y la educación en nuestra Universidad, el estado Mérida y la Nación.

La universalidad de su obra, así como su visión cosmopolita y a la vez democrática, plural e inclusiva, como bien lo señaló la profesora María del Pilar Quintero, convierten la figura del doctor Pedro Rincón Gutiérrez en patrimonio cultural de la Universidad de Los Andes.

El uso moderno de la política y su capacidad de liderazgo, muestran sus dones de hombre dedicado a la política y al ejercicio del poder para beneficio de toda una Universidad, como lo señala el profesor Pedro Rivas.

El ejercicio democrático del cargo, su búsqueda perenne de modernización y de construcción de una Universidad para la Nación, Latinoamérica y el mundo, es un ejemplo que, al decir del profesor Ramón Rivas, en estos tiempos de crisis universitaria, alientan un nuevo proceso de cambios y transformaciones para la Universidad y el país, siguiendo, por supuesto, la máxima de Perucho de que “sin conocimiento científico y sin conocimiento humanístico, no hay universidad”, tal como lo expresa el profesor Aníbal León 

Y el humor y la gracia que el profesor Julio Tallafero atribuye al ingenio y la inteligencia festiva del doctor Pedro Rincón Gutiérrez, rasgos de su personalidad benevolente y plural, enaltecen su figura política y universitaria como un ciudadano singular y común al mismo tiempo, y representante de los mejores valores de una venezolanidad abierta al mundo.

 

¡Muchas gracias!

 

Mery López de Cordero

Mérida 29 de junio de 2023


Dr.Felipe Pachano Rivera, ex Rector de la Universidad de Los Andes


Dr. Lester Rodríguez Herrera, ex Rector de la Universidad de Los Andes