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domingo, 26 de febrero de 2023

La conservación del ambiente y los recursos naturales renovables - Dr. Pedro Rincón Gutiérrez



(Discurso Pronunciado por el Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, Rector de la Universidad de Los Andes sobre la conservación del ambiente y los recursos naturales renovables el marco de la clausura del Segundo Curso dictado en el Centro Interamericano de Desarrollo Integral de Aguas y Tierras – CIDIAT. 5 de abril de 1977)

Tengo hoy nuevamente la alta satisfacción de clausurar otro curso dictado en el CIDIAT sobre la conservación del ambiente y los recursos naturales renovables.

Nos demuestran hechos como éste confirman que progresivamente vamos desarrollando una toma de conciencia apropiada sobre algo que se ha convertido en prioridad nacional, como es el mantenimiento del equilibrio ecológico en un país que contempla impotente la sangría de su subsuelo y el irresponsable desaprovechamiento del aspecto exterior de su naturaleza.

La Universidad de Los Andes, institución conservacionista por excelen­cia y poseedora de una de las Facultades de Ciencias Forestales más prestigiadas de América Latina, se ha preocupado desde hace mucho tiempo en el asunto, llegando incluso a auspiciar la creación de organismos como el CIDIAT, aplicados por entero al estudio científico de la resolución de los problemas inherentes a la conservación del am­biente. Bien sabemos nosotros que el uso inteligente de los recursos naturales significa la elevación del nivel de vida de nuestro pueblo y de nada valen los progresos en los más variados campos de la vida nacio­nal, si no logramos preservar el invaluable patrimonio ecológico.

Pero de nada valen las intenciones o las tomas de conciencia individua­les en un país agobiado por intereses económicos poderosos, centrados en la destrucción de lo más preciado de sus recursos. Los venezolanos necesitamos la cooperación sin reticencias de todas las instituciones que tienen como obligación el velar por la seguridad nacional. Por eso, pre­senciamos complacidos como el CIDIAT y el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables estrechan cada vez más firmes la­zos de solidaridad, propiciando de esta forma la mejor preparación del personal que debe entenderse con la siembra de conciencia conservacionista mediante la adopción de medidas eficaces, lo que nos llevará a voltear esta triste página de la historia de nuestro | recursos agredidos y amenazados.

Nos demuestran hechos como éste confirman que progresivamente vamos desarrollando una toma de conciencia apropiada sobre algo que se ha convertido en prioridad nacional, como es el mantenimiento del equilibrio ecológico en un país que contempla impotente la sangría de su subsuelo y el irresponsable desaprovechamiento del aspecto exterior de su naturaleza.

Saludo aquí en nombre de nuestra Casa de Estudios al selecto grupo de ingenieros de distintas ramas de esa ciencia, y a los abogados y licencia­dos, que hoy culminan este curso, y les deseo el mayor éxito en la apli­cación de los conocimientos adquiridos en los breves e intensos días de estudio que él ha durado. Asimismo, si bien es dura y de alta responsa­bilidad la tarea que les espera, muy valioso es el resultado que de ella pueden obtener, como es el formar en nuestras gentes una actitud ade­cuada hacia sus recursos que les permita, dentro de una clara visión de la cuestión, luchar por el logro de una existencia mejor dentro de una naturaleza sabiamente conservada.

Nosotros, los que vemos con alarma adefesios de cemen­to reemplazando parques, gases tóxicos simulando oxígeno, voraces llamas sustituyendo bosques y áridos senderos allí donde corrían ríos, confiamos en ustedes para invertir esta infortunada situación en pro de nuestra geografía, de nuestros hombres y de nuestra historia, quienes reclaman ya el paso a un destino mejor.

Finalmente, quiero manifestarles una acotación que entiendo puede se­ñalarse como preocupación general de nuestros compatriotas hacia ese nuevo organismo encargado de velar por la conservación de lo que debe ser nuestro patrimonio permanente, me refiero al Ministerio del Am­biente y los Recursos Naturales Renovables. Si bien es cierto que existe una gran esperanza en la eficacia de este recientemente crea­do Ministerio, es bueno tener en cuenta que es larga la historia de nacimiento y muerte de instituciones afines, y ello se ha debido no a que las mismas desconocieran los objetivos para evitar la destrucción de la na­turaleza, sino al incumpliendo de la instrumentación establecida para concretarlas. Nosotros, los que vemos con alarma adefesios de cemen­to reemplazando parques, gases tóxicos simulando oxígeno, voraces llamas sustituyendo bosques y áridos senderos allí donde corrían ríos, confiamos en ustedes para invertir esta infortunada situación en pro de nuestra geografía, de nuestros hombres y de nuestra historia, quienes reclaman ya el paso a un destino mejor.

Señores

Mérida, 5 de abril de 1977.